bilbao - El Athletic de Gaizka Garitano se ha empeñado en dejar su impronta. Se conoce su inercia positiva, lo que se entiende como una plusvalía a la hora de cotizar en el mercado. Y el colectivo rojiblanco no quiere bajarse de la ola a la que se ha subido en este arranque de liga, en el que ha hecho caja recorridas las cuatro jornadas iniciales. No conoce la derrota, lo que es una buena noticia, y ha saldado sus dos compromisos anteriores en San Mamés con tantas victorias y con el valor añadido de no recibir gol alguno ante el Barça y la Real Sociedad. Los números no hacen más que retratar a este Athletic, que busca encadenar la quinta jornada invicto y de paso sellar su tercer éxito consecutivo en La Catedral, que, en caso de consumarlo, supondría dar un paso importante en la zona alta de la tabla, que se saborea mucho mejor. Para que ello se haga realidad, los leones no deben dormirse en los laureles, sobre todo cuando enfrente asoma un rival con un parecido enorme, especialmente a la hora de defenderse, ya que el Alavés solo ha recibido dos goles, uno más que el Athletic, en los 360 minutos de liga recorridos hasta la fecha, un matiz del que tiene que tomar nota el cuadro rojiblanco, que ya se llevó un chasco en el derbi anterior frente a los babazorros en la antepenúltima jornada del pasado curso y que, a la postre, le costó quedarse sin billete a la Europa League.

Se intuye un derbi táctico y con el sello de sus respectivos entrenadores, amigos en el ámbito personal y que se han formado desde el fútbol de barro. Entre ambos, además, asoman ciertas curiosidades, con más acento en el caso de Asier Garitano. No en vano, el guipuzcoano propició el despido de Gaizka en el Deportivo de La Coruña tras una rotunda victoria del Leganés que dirigía y, para más inri, el hoy técnico alavesista presume de ser el entrenador que ha conseguido, al frente de la Real Sociedad, la última victoria de un visitante en San Mamés. Son anécdotas que forman parte del circo y que suelen tener su pequeña influencia íntima. Con todo, el derbi de esta tarde tiene su propia miga y el Athletic no es ajeno a la dificultad que entraña el Alavés, un equipo pegajoso e incómodo, que tiene muy clara su idea y que llega a Bilbao decidido a aguar la fiesta al conjunto rojiblanco, deseoso de sacar más brillo a sus registros históricos a estas alturas de la película.

El derbi, el segundo consecutivo en San Mamés, es el primero de los tres encuentros a los que tiene que hacer frente el Athletic en solo seis días, por lo que Gaizka Garitano deberá dosificar sus recursos ante semejante saturación, aunque no parece que las rotaciones llegarán en el duelo con el Alavés, que en la jornada anterior perdió su imbatibilidad a costa del Sevilla. El derioztarra se siente satisfecho con lo que ha visto hasta el momento y su idea es no tocar apenas nada, solo lo imprescindible. Así lo manifiesta el propio técnico, que dejaría las novedades para la visita del miércoles al Leganés, el colista. Con todo, no se descarta que pudiera ejecutar algún reajuste, que podría apuntar a la primera titularidad de Gaizka Larrazabal o Ibai Gómez, quien regresó al Athletic el pasado enero desde el Alavés. En ese supuesto, uno de los dos ejercería en banda derecha, lo que costaría probablemente la titularidad a Iñigo Córdoba y obligaría a Iker Muniain a retornar al costado izquierdo.

Sea como fuere, Garitano -que no ofrecerá la lista de convocados hasta el día de hoy, aunque en la misma no asomará ni Óscar de Marcos, que aún debe esperar a estar al cien por cien tras su lesión de tobillo, ni Mikel San José, al que le lastra algunos problemas de espalda- se muestra a pecho descubierto. El derbi le motiva, pero también le inquieta. Quiere ahuyentar una posible euforia y subraya que el Alavés examinará a su equipo como el que más, por lo que el Athletic debe sacar la mejor versión en un encuentro donde la intensidad y el matiz físico, además de la pegada en las ocasiones que generen, serán determinantes en la suerte del partido.

el alavés, con todo Porque el colectivo de Asier Garitano, que cuenta con toda la plantilla salvo el lesionado Burgui, también sabe a lo que juega y es fiel a un sistema muy parejo al del Athletic pero con la flexibilidad de convertirse en un 4-3-3, con Aleix Vidal, Luis Rioja y Joselu como sus amenazas ofensivas. El técnico de Bergara, que como se sabe tiene pasado en Lezama gracias a sus tres temporadas como jugador del Bilbao Athletic, es consciente de los puntos fuertes del Athletic y no es de extrañar que su objetivo sea desactivar a los Williams, Raúl García o Muniain, por lo que pondrá el acento en cerrar el camino a los leones en sus conocidos arreones en San Mamés que tan buenos resultados les ha proporcionado.