bilbao- A Luis de la Fuente (Haro, 21 de junio de 1961) se le nota ilusionado como seleccionador español sub’21 y asume el reto de aspirar al título en el Europeo de junio en Italia. Citará a algún jugador del Athletic y no duda en inclinarse por el conjunto rojiblanco en el partido determinante en el Sánchez Pizjuán. No se siente cómodo al valorar el caso Susaeta, al que dirigió en el Bilbao Athletic y del que dio buenísimos informes a Joaquín Caparrós doce años atrás.

Regresa a Bilbao aunque sea para un evento concreto, con su conferencia en el Comité Vizcaino de Entrenadores.

-Desgraciadamente no puedo venir a casa con más asiduidad. Me gusta estar aquí, con la familia y amigos. Vengo por trabajo y cumplir este compromiso con la Federación y Alfredo Norzagaray. Me toca hablar de fútbol, ya que durante muchos años he sido un gran escuchador y ya, por edad y experiencias, tengo el derecho de que me escuchen un poco.

Lo hace como seleccionador español sub’21. ¿Se trata de su mayor reto hasta la fecha como técnico?

-Indudablemente. Se cumplen seis años desde que llegué a la Federación Española, cuando llegué para tres meses, y he tenido la oportunidad de vivir campeonatos de Europa en varias categorías, tanto de segundo entrenador como de primero, he conquistado títulos? Pero nada comparable a un Europeo sub’21, cuando además en este año es muy importante porque en el horizonte asoman los Juegos Olímpicos de Tokio.

¡Vaya grupo que les ha tocado, con la anfitriona Italia para empezar el torneo!

-Son las doce selecciones más fuertes y el grupo es duro, pero en los otros están Francia, Inglaterra y Alemania.

¿Cuándo va a dar la lista?

-Esta semana cerraremos una prelista de 52 futbolistas y estamos pendiente de lo que decida Luis Enrique en la absoluta, de cuántos se puede llevar de la sub’21.

¿Incluirá a algún rojiblanco?

-Tanto Iñigo Córdoba, como Unai Simón y Unai Núñez tienen posibilidades de estar. Tienen suficiente talento como para contar con ellos, pero falta por decidir.

Como seleccionador le toca ver un montón de partidos. ¿Cuándo ha sido la última ocasión en que ha presenciado al Athletic ‘in situ’?

-Le vi en el Santiago Bernabéu ante el Madrid (3-0 para los merengues). He venido dos veces a San Mamés, una de ellas el partido de Copa ante el Sevilla, pero tienes que repartir tu tiempo. Es verdad que hoy en día economizas tiempos con la televisión y provoco las situaciones de estar todo el fin de semana en casa viendo fútbol. Pero también veo partidos clave en directo, porque quiero ver algo especial.

Ha visto dos Athletic este curso. ¿Cómo analiza su reconversión?

-Cuando arrancó la temporada con Berizzo, que me parece un gran entrenador, al ver los resultados empecé a preocuparme y ya en diciembre la situación era muy preocupante. Gaizka (Garitano) tocó una tecla con la que se han adaptado los jugadores. Me alegro, porque tengo una gran relación con la familia Garitano y porque me encanta que salga gente de la casa. No se nos dan tantas oportunidades como a otro tipo de entrenador.

Las ideas de Berizzo y Garitano son antagónicas. ¿Cuál es la de Luis de la Fuente?

-La virtud de un entrenador es sacar el mayor rendimiento a sus jugadores, independientemente de la idea que tengas, que puede ser contraria al tipo de futbolista que tengas que gestionar. Y Garitano ha dado con la tecla. O le das un giro a esa idea o te tienes que adaptar a lo que tienes. Me gusta el juego de toque, el de posesión, pero entiendo que hay que jugar de otra manera en ciertas ocasiones. No me duele prendas decirlo, cuando hay que jugar de forma directa, hay que hacerlo así.

El sábado llega el cierre de la liga para el Athletic, con su visita al Sevilla en lo que es una final. ¿Qué partido intuye?

-Hay opciones para los dos equipos. Será un partido intenso, más cuando el Sevilla con Joaquín (Caparrós) de entrenador pone mucha intensidad y el Athletic tiene que jugar con inteligencia, sin mirar otros resultados. Dependemos de nosotros, pero creo que es un partido al que hay que ir a ganar.

No sé si tendrá el corazón partido.

-No, no. Le deseo lo mejor al Sevilla, pero soy socio del Athletic desde hace 36 años. Al Sevilla le quiero muchísimo, porque he estado allí ocho años, cuatro como jugador y otros cuatro como entrenador. Me gustaría, eso sí, que el Athletic jugara en Europa.

¿Firmaría el empate?

- Por supuesto. Todo lo que sea que se clasifiquen los dos...

¿Ha tenido la oportunidad de hablar con Joaquín Caparrós recientemente?

-Lo hice con el asunto de su enfermedad (el entrenador del Sevilla y ex del Athletic padece leucemia crónica) y le vi muy animado. Es una persona muy fuerte y más en el aspecto psicológico.

¿Qué poso le dejó el Athletic?

-Me preguntaría, ¿qué poso no me dejó? Llegué al Athletic en 1977, conseguí títulos, soy socio desde 1983, he sido jugador, entrenador, delegado. El Athletic ha sido mi vida. Me formó, me hice un hombre y un profesional. El Sevilla también me enseñó otras cosas y seguir progresando en otro entorno.

¿Cómo vivía sus duelos ante el Athletic como sevillista?

-En mi primer enfrentamiento ante el Athletic (1987-88) metí un gol, el 1-0 y luego nos empató Manu Sarabia. Iba a jugar con una gran motivación, pero el sentido profesional era lo que priorizaba.

¿Quién propició su regreso al Athletic en 1991?

-Vine por Iñaki Sáez, que fue quien quiso traerme de nuevo. Fue el que apostó por mí y también se lo debo a Txetxu Lertxundi (el presidente del club por entonces). Cogió el equipo Txutxi Aranguren, que en paz descanse, cuando cesaron a Iñaki y luego tuve a Jupp Heynckes.

Con quien no tuvo protagonismo.

-Jugué muy poquito, lo cierto, pero Jupp tuvo conmigo un comportamiento fenomenal, no solo en lo profesional, sino también en lo personal. Era una persona que respetaba mucho a los veteranos, a Patxi Ripodas y a mí especialmente, a los que nos consultaba muchas cosas. El recuerdo que tengo de él es espectacular.

En su segunda etapa como león compartió vestuario con Rafa Alkorta. ¿Cómo valora su nuevo rol como director deportivo?

-Le auguro éxitos. Rafa es un grandísimo profesional, que está muy ilusionado en esta nueva faceta, ya que he hablado con él en varias ocasiones por motivos de trabajo. Le veo con ganas de seguir creciendo, va descubriendo matices, muy involucrado y creo que está haciendo bien las cosas, rodeado de un muy buen equipo.

Su momento más delicado ha sido la gestión del caso Susaeta, al que conoce perfectamente.

-A Markel le tuve un año en el Bilbao Athletic (2006-07) y siempre he dicho que el Athletic no se equivoca nunca. El caso de Susaeta es doloroso, sobre todo cuando nos tenemos que retirar o cuando no te renuevan, porque también me ha pasado a mí, pero el Athletic actúa siempre con mucha cautela. Desconozco cómo se ha producido el caso, pero esas circunstancias las entiendo dentro de la absoluta normalidad. Quizá porque no se llega a un acuerdo, que puede ser. Sin embargo, no habrá sido nada fácil tomar esa decisión.

Usted fue unos de los que promocionó a Susaeta al primer equipo con la llegada de Caparrós.

-Joaquín consultaba muchas cosas y no tiene ningún mérito. Simplemente porque éramos responsables del filial y quería tener una opinión más cercana para tener más detalles de los futbolistas. Markel se lo ganó él porque hizo un gran año y tenía potencial para ello.

Tuvo a Beñat en el filial. ¿Por qué no pasó el corte para Caparrós?

-Seguramente interpretó que contaba con jugadores con más peso en esa demarcación y sabía que no iba a tener continuidad. Son decisiones que te puedes equivocar, porque nadie es infalible.

Entrenó a Ander Iturraspe. ¿Ha sido uno de los futbolistas a los que menos se le ha perdonado?

-Itu ha tenido una trayectoria muy importante. No nos olvidemos que ha sido internacional, lo que dice mucho a favor suyo. Somos unos privilegiados y con todo lo que nos da San Mamés lo mínimo que tiene que hacer es exigir.