De nariz respingona y sonrisa perenne, pechos voluptuosos y brazos infinitos. Marijaia tiene algo que no tiene ningún otro icono -con permiso del Athletic- que logra desatar el fervor por la fiesta cada año. Su salida a la balconada del Teatro Arriaga para anunciar que han comenzado nueve jornadas de desenfreno solo es comparable a la exaltación que provocó el club rojiblanco al ganar la Copa. Y ni siquiera la seguridad de que la reina de las comparsas volverá al año siguiente sin necesidad de que medie gol alguno reduce la pasión que despierta. Este sábado ha llegado guiada por el pregón de la actriz Itziar Ituño, que ha conseguido trasladar una emoción que le llegaba “hasta los huesos”. Ha hablado la persona y no el personaje. Y con la vulnerabilidad de quien no se esconde tras la máscara de una interpretación ha conseguido conmover a una multitud antes de que Nagore Ugarte lanzara el txupin. 

Por fin. Ha llegado esa fecha en el calendario de todo bilbaino en la que los días dejan de tacharse como si la fiesta pudiera dilatarse más allá del día y la noche en una vorágine de la que uno no quiere salir. Pero sobre todo no quiere entrar en casa. Porque las semana más grande es para vivirla en la calle y con el máximo de los respetos. Esa ha sido una de las reivindicaciones que ha hecho Itziar Ituño. La actriz basauritarra, nacida en Solokoetxe, no ha eludido hacer alusión a la campaña de desprestigio de la que fue víctima a principios de año tras participar en una manifestación a favor de los derechos de los presos de ETA. “Siempre llegará alguien que quiera silenciarte, con amenazas o insultos, palabras bonitas e hipócritas, peajes grandes”, proclama. 

Y ha seguido: “Los artistas también tienen derecho a tener opiniones”. Así lo demostró Itziar Ituño, que no se acoquinó para revelarse como feminista ferviente, defensora del modelo de txosnas u orgullosa euskaldunberri en discurso íntegramente en euskera en el que no faltaron las referencias a himnos como Euskal Herrian Euskaraz, de Oskorri, o Euritan dan-tzan, de Gatibu. Tampoco falló la clásica oda a la ciudad que vio nacer a Marijaia: “Eres grande, Bilbao, orgullosa, noble, te estás poniendo moderna-moderna pero aún llevas el olor a fábrica pegada en la piel. Trabajadora incansable, Bilbao, eres hija de miles de trabajadores. Abre tus brazos a aquellos hijos e hijas que vienen a trabajar de fuera”. 

Gora Bilbo! Gora Marijaia! Gora Aste Nagusia!

Dentro del Arriaga El habitual “Gora Bilbo! Gora Marijaia! Gora Aste Nagusia!”, ha llegado precedido por un irrintzi lanzado, mano a mano -o garganta con garganta-, por la pregonera y la txupinera. Acto seguido ha comenzado a sonar Badator Marijaia mientras un tumulto saltaba enfervorecido y rebozado con harina y huevos completamente ajenos a que Kepa Junkera, el compositor de la canción más conocida de las fiestas, ha estado en el Arriaga. “Estoy muy emocionado”, ha acertado a decir, antes del lanzamiento del txupin, mientras la gente ha comenzado a llegar a un foyer que se ha quedado pequeño para asistir a una recepción en la que no hubo diferencias entre comparseros, políticos, artistas y demás respresentantes de la sociedad.

Aurresku e intercambio de atributos

Al tradicional aurresku, con el alcalde Juan Mari Aburto y la concejala de fiestas Itziar Urtasun en primera plana, le ha seguido el intercambio de atributos. Itziar Ituño recibió la makila de su predecesora, Aiora Renteria. “Les he recomendado que disfruten y que dejen salir todas las emociones”, reconoce la cantante de Zea Mays, quien también les ha ofrecido algún consejo más de tipo logístico: “Van a tener que dar muchos besos. Les he dicho que tengan cuidado con los sombreros, que muchas veces se caen”. La comparsera de Txinbotarrak, Nagore Ugarte, ha recibido asimismo el lanzatxupines de Izaskun Pinedo. “Me advirtieron: ‘Nagore, el primer sábado es un día super emocionante’. Vas a estar llorando todo el día y así ha sido”, expresa la txupinera, cuyos ojos delataban el batiburrillo de emociones con el que convivía. 

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En imágenes: las txosnas abren sus puertas por Aste Nagusia José Mari Martínez

El objetivo de Ituño

No perder de vista ningún detalle. Ese era uno de los objetivos que se había marcado Itziar Ituño para la primera jornada de Aste Nagusia. Lo contaba antes de lanzar el txupin, mientras respiraba hondamente, cuando decenas de personas se fotografiaban con Marijaia, saludaban a camaradas y sonreían a diestro y a siniestro con una alegría que es contagiosa. “Estoy con eso en la cabeza, con el aquí y ahora. Muchas veces no pasa. Estoy viendo cada detalle, cada mirada de la gente. Me estoy quedando con todo. Esto no se repite, hay que tenerlo guardado”, expresaba la actriz conocida internacionalmente por su interpretación en La casa de papel. “Una no sabe muy bien cómo expresarse, de qué manera llegar mejor. Nadie escribe un pregón todos los días. Se te agolpan muchos sentimientos que quieres transmitir. No sé si he acertado o no, pero lo que he escrito lo voy a lanzar desde lo más profundo del corazón y las tripas”, ha prometido. 

Y de eso no hubo duda. Tras la salida de Marijaia a la balconada, mientras los asistentes bailaban la conga, Juan Mari Aburto ha expresado que “si algo ha transmitido este sábado Itziar Ituño es que estaba absolutamente emocionada”. El alcalde ha aprovechado también para mencionar otros dos sentimientos, siempre a flor de piel, durante la jornada inicial de las fiestas: el nerviosismo y la responsabilidad. Todo para que el respeto sea el gran protagonista de esta Aste Nagusia, como proclama su eslogan: “Es un lema muy sencillo pero de hondo contenido”.