Después de semanas de espera y expectación, por fin ha llegado el gran momento. A las 19.00 horas el txupinazo ha surcado el cielo de Bilbao y con él, ha explotado la alegría contenida de miles de bilbainos. La espera había terminado. Aste Nagusia ya estaba en marcha y ni las nubes amenazantes ni la posibilidad de lluvia podían apagar el entusiasmo y la alegría que se vivía en cada rincón.
Horas antes del txupin, la villa ya mostraba señales de lo que estaba por venir. Los pañuelos azules y blancos con el símbolo de la emblemática baldosa ya han comenzado a inundar las calles de la capital. Las terrazas y bares cercanos al Teatro Arriaga estaban a rebosar, llenos de familias y cuadrillas que disfrutaban bajo un cielo que empezaba a cubrirse de nubes. De hecho, a las 18.10 horas han caído las primeras gotas del día, pero el ambiente no se ha detenido.
Los más impacientes ya habían cogido sitio frente al Arriaga para ver a Marijaia lo más cerca posible. Algunos sentados en el suelo y otros de pie charlando. Todos ellos esperando el estallido que iba a dar comienzo a nueve días ininterrumpidos de fiesta. Igor García, ha sido una de las personas que ha optado por disfrutar del txupin lo más cerca posible. “Todos los años intentamos ponernos lo más cerca posible para disfrutar del txupin, espero salir lo más limpio posible que luego la noche se hace muy larga”, ha remarcado.
El Arenal comenzaba a llenarse de miles de personas cuando varias fanfarrias irrumpieron con el objetivo de animar más la fiesta. El ambiente ha sido un auténtico mosaico de edades y estilos. Junto a los jóvenes que se habían asegurado sitio en las primeras filas, familias enteras, con abuelos, padres e hijos, también han formado parte del bullicio. Las calles del Casco Viejo con sus bares estaban a rebosar, no cabía un alfiler.
Faltaban minutos para el comienzo de las fiestas cuando los balcones de todos los edificios cercanos se han llenado de personas. Sin embargo, otros grupos han pensado en disfrutar del txupinazo desde una posición más lejana para evitar la harina y los huevos. “Nosotras vemos a Marijaia alejadas. Yo he venido al txupin desde cría, y antes era solo el agua de Bilbao o gaseosa, todo lo que tiran ahora de huevos y harina no me gusta, creo que debería de promoverse un txupin limpio”, ha subrayado Manoli Llano.
Turistas en fiestas
Las experiencias que trae consigo Aste Nagusia hace que vengan muchas personas de otros rincones del estado a disfrutar de la semana grande. “Nos gustó mucho la ciudad y las fiestas y llevamos subiendo desde Madrid siete u ocho años. Mis vacaciones siempre empiezan con las fiestas de Bilbao”, ha explicado uno de los integrantes de la cuadrilla de “Los Náufragos”, que han venido desde el barrio de Aluche en Madrid.
Tras el pregón de Itziar Ituño, a las 19.00 horas el txupin ha cruzado el cielo y Bilbao ha estallado en júbilo. La multitud ha rugido al unísono, marcando el inicio oficial de la Aste Nagusia al canto de “Gure Marijaia”.
La lluvia dio tregua
La tregua de la lluvia ha durado hasta el final del txupinazo, pero no ha cesado las ganas de disfrutar de todos los bilbainos. "El tiempo no nos importa, somos de Bilbao y estamos acostumbradas, hay que disfrutar", ha señalado Pilar San Emeterio, otra de las asistentes al txupin.
La percepción general ha sido que se ha congregado menos personas que otros años para disfrutar del pistoletazo de salida de las fiestas. "Creemos que ha venido menos gente, el año pasado había muchas más personas, quizá la lluvia ha asustado a la gente", ha explicado Manoli Llano. Cuando Marijaia salió del balcón, la multitud ha comenzado a dirigirse hacia las txosnas, listas para disfrutar de una noche que promete ser solo el principio de una semana inolvidable.