BILBAO. El jueves de la semana pasada, el responsable de una empresa de mensajería comunicó a la Ertzaintza que habían detectado un fuerte olor a hachís en un paquete que estaba pendiente de entrega en un domicilio de Santurtzi.

Tras comprobar que todo parecía indicar que el mismo portaba alguna sustancia estupefaciente, una patrulla no uniformada de la Ertzaintza acudió junto al repartidor hasta la vivienda señalada.

En el momento que el destinatario se disponía a recoger el paquete, le comunicaron su condición de ertzainas, hallando en su interior numerosos envoltorios de plástico que contenían una sustancia prensada marrón.

Dada la considerable cantidad de hachís aprehendida, más de tres kilogramos, y la disposición que presentaba en dosis preparadas para la venta, el presunto traficante fue detenido.

La investigación desarrollada en las horas posteriores llevó en la tarde del día siguiente, viernes, al arresto en Muskiz del individuo que supuestamente le habría enviado dicho paquete, estando ambos acusados de un presunto delito de tráfico de drogas.