El Director general de la Academia Vasca de Policía y EmergenciasAndrés Zearreta, acompañado por la Directora de Administración y Servicios de Arkaute, Malentxo Arruabarrena, ha acudido en la mañana de este sábado al BEC de Barakaldo donde, a primera hora, han comenzado las pruebas selectivas para optar a una de las 212 plazas para agente de la escala básica de los cuerpos de la Euskal Polizia. Esta convocatoria es ampliable si se producen vacantes en alguna de las administraciones públicas convocantes durante los meses que dure el proceso selectivo.

En concreto, el Gobierno vasco convoca 127 plazas para agente de la treinta y dos promoción de la Ertzaintza que, por primera vez, incluyen 100 plazas en turno libre con especialidad para incorporarse a las unidades de tráfico y los equipos de investigación criminal. Las otras 85 plazas de agente son para las policía locales.

Los exámenes realizados este sábado han sido de tipo psicotécnico y teórico y son eliminatorios, de manera que sólo quienes los superen podrán acceder a la siguiente fase: las pruebas físicas que, probablemente, se celebrarán septiembre.

La Academia Vasca de Policía y Emergencias ha convocado a estas pruebas a las 3.985 personas que han culminado el proceso de inscripción y se han presentado 2.904 personas. De ellas, el 94,4% proceden de Euskadi, y tienen, en un 39%, entre 18 y 25 años.

Triple objetivo

Se trata de la primera convocatoria que se realiza en Euskadi sin el requisito de altura. Una nueva medida impulsada por el Gobierno vasco y EUDEL para incrementar el número de mujeres policía en Euskadi y corregir, así, la actual situación de desequilibrio en las plantillas. Además, como novedad, el 35% de las plazas de la Ertzaintza y el 25% de las vacantes de policías locales de Euskadi deberán cubrirse con mujeres para cumplir con ese mismo objetivo.

Por otra parte, otro objetivo de este nuevo proceso selectivo es garantizar el relevo generacional y el rejuvenecimiento de las plantillas, así como avanzar en su euskaldunización de manera que el euskera sea la lengua de relación habitual tanto interna de trabajo como de atención a la ciudadanía.