En pleno debate sobre la arquitectura legal que pueda sostener las actuales restricciones cuando previsiblemente decaiga el estado de alarma, el lehendakari, Iñigo Urkullu, descartó ayer jueves ampliar las limitaciones en vigor que son ya de "intensa severidad". Con la curva epidémica en ascenso -la incidencia ha crecido 230 puntos en un mes y asciende a 450,56 casos por cada 100.000 habitantes, más del doble que la media española-, la situación de la pandemia es "grave y preocupante". Sin embargo, el lehendakari decidió no convocar el Consejo Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) en los próximos días, después de que la comisión técnica considerara que no procede a corto plazo adoptar medidas más restrictivas para contener el virus.

En ningún caso, sin embargo, se piensa en aliviar las restricciones en vigor. No en vano, el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, afirmó ayer jueves que las próximas "semanas y meses" habrá que seguir conviviendo con el coronavirus y las restricciones, por lo que mostró su preocupación porque la ciudadanía pueda pensar que "se ha superado la pandemia si el estado de alarma finaliza el 9 de mayo".

Después de varios días deshojando la margarita, el lehendakari desestimó establecer nuevas cortapisas de movilidad, a pesar de considerar que "todos debemos estar preocupados porque la situación es la que es y la pandemia sigue existiendo". Rechazó endurecer las restricciones tras recibir el dictamen del LABI técnico que recomienda mantener las actuales medidas, aunque eso sí, reforzando su cumplimiento. En este punto, se hace hincapié en extremar las cautelas ante la nueva final de Copa de mañana sábado entre el Athletic y el Barça. Por eso se hace un llamamiento expreso a cumplir con las medidas preventivas y a evitar visionados del partido o celebraciones que impliquen agrupación de personas. No hay que olvidar que las aglomeraciones e incumplimientos tras la anterior final pueden estar detrás del elevadísimo número de contagios de la última semana. La comisión técnica estima que, al menos, durante los próximos diez días, es necesario continuar monitorizando el avance de la cuarta ola y el efecto de las medidas de contención en vigor. Porque hasta los más optimistas dibujan un escenario complejo con la pandemia amainando en mayo, pero sin conseguir cortar la transmisión comunitaria.

Vigilar las nuevas cepas

Adicionalmente, se recomienda actualizar el Plan Bizi Berri por la incertidumbre jurídica que plantea el eventual final del estado de alarma. Este paraguas sería necesario para mantener medidas "estratégicas", como la limitación de la movilidad nocturna, de agrupaciones de personas o los cierres perimetrales.

También insisten en la necesidad de vigilar y contener los riesgos que plantea la presencia de nuevas variantes del virus, una vez confirmada la prevalencia de la cepa británica y los casos detectados de las variantes sudafricana y brasileña. Paralelamente, resaltan el avance de la vacunación y recuerdan que, en estos momentos están vacunados ya buena parte de los grupos de personas vulnerables y, prácticamente, todas las personas mayores de 80 años, al menos con la primera dosis, mientras avanza la vacunación con los grupos de entre 60 y 79 años.

Los expertos reconocen que la situación es "grave y preocupante" y que no se puede plantear en este momento ninguna relajación. Euskadi se encuentra en un nivel 4 de transmisión alta del virus y las UCI se sitúan en el escenario 3 sobre 5, con una previsión de más pacientes graves en las unidades de críticos para las próximas semanas.

Actualmente ya existe un marco automático con restricciones quirúrgicas en aquellas zonas que superan los 400 casos por cada 100.000 habitantes.restricciones quirúrgicas El LABI técnico asegura que estas medidas fueron diseñadas para responder municipio a municipio según su evolución epidemiológica. "Estas medidas no son estáticas. Su rigor se incrementa en la medida en que la situación empeora, allá donde empeore", subrayan los expertos, que también reconocen que las restricciones vigentes "son de una intensa severidad".

En estos momentos, Donostia, la única capital que se salvaba, está al borde de cruzar la línea roja que le acarrearía restricciones en hostelería y un confinamiento perimetral desde el próximo martes.

Evolución de los picos

Los expertos explican que la actual tendencia ascendente, iniciada el 10 de marzo, tiene hasta hoy una duración de 36 días y recuerdan que las dos anteriores fases ascendentes se prolongaron durante cuarenta días en octubre-noviembre y 35 en enero-febrero. En este contexto, con la vista puesta en las próximas semanas, creen necesario trabajar con dos hipótesis: la primera, la posibilidad de que se repita la pauta y el pico epidémico se alcance en los próximos días, y la segunda, que "se rompa este patrón y la fase ascendente se prolongue".

Los técnicos del LABI trabajan con un factor añadido que les genera mucha preocupación, ya que valoran como muy malo el efecto de la Semana Santa y, muy especialmente, la "negativa influencia" del evento de la final de Copa y las aglomeraciones de personas en exteriores, así como las reuniones en domicilios y espacios privados de grupos de personas no convivientes.

Con un virus de pronóstico incierto, paralelamente, Zupiria pronosticó que aún nos quedan meses de restricciones. "El lehendakari y la consejera de Salud tienen la convicción de que las próximas semanas, los próximos meses, vamos a tener que seguir conviviendo con la enfermedad y con restricciones de todo tipo hasta que, mediante la vacunación, podamos estar más protegidos de lo que estamos ahora".

Zupiria afirmó que el fin del estado de alarma sería "preocupante" porque podría dar "pie a que la ciudadanía piense que esto se ha acabado". Por ello, insistió en que quedan "por delante meses en los que habrá que ser muy cuidadosos con los comportamientos y respetuosos con las normas en vigor".

El pico, más tarde. Los técnicos aseguran que, desde el inicio de la pandemia, se está consiguiendo que el pico de cada nueva fase ascendente "sea más bajo que los anteriores". "Eso significa que las medidas y la estrategia que se sigue tienen efectos positivos directos", dicen.

Final de Copa. En la situación actual, valoran de forma negativa la influencia de la Semana Santa y, muy especialmente, la final de Copa y las aglomeraciones en exteriores, así como las reuniones en domicilios y espacios privados.

"Debemos estar preocupados porque la situación es la que es, y la pandemia sigue ahí"

Lehendakari

"En las próximas semanas y meses habrá que seguir conviviendo con el virus y con las restricciones"

Portavoz del Gobierno vasco