BILBAO. El Juzgado de lo Mercantil, apoyándose en unos contratos por los que los dibujantes cedían a Kukuxumusu los derechos de explotación de una serie de dibujos, había prohibido a los dibujantes reproducir los dibujos de Kukuxumusu “cualquiera que sea la escena, situación o peripecia en que esos dibujos puedan aparecer representados”. En la práctica, la consecuencia era que, por ejemplo Urmeneta no podía dibujar a su toro Testis en ninguna escena o situación.

La Audiencia Provincial de Navarra parte de la base de que el objeto de la cesión por Urmeneta a Kukuxumusu fueron dibujos, pero no los personajes que en ellos aparecen reflejados, y afirma que, en tales circunstancias “es indudable que el autor puede seguir representando [esos personajes] en sus obras, siempre que no estemos ante una reproducción puramente mimética o idéntica de aquello que aparece en el dibujo”. Para la Audiencia, la prohibición de reproducir los dibujos en cualquier escena o situación sería exacerbada.

Los autores, concluye la sentencia, siguen ostentando no solo el derecho moral de integridad incluso sobre los dibujos, sino el derecho de transformación sobre los propios personajes. La sentencia de la Audiencia limita así la cesión que en su día acordaron las partes, permitiendo a Urmeneta y el resto de autores disponer de los personajes que crearon. De este modo, Mister Testis, el toro azul con cuernos amarillos, vuelve a los lápices de Mikel Urmeneta.