El pasado 30 de diciembre se dio un importante paso de cara a transferir la competencia de la gestión de prisiones del Estado a Euskadi, que está previsto materializar el próximo marzo junto a otras once materias. Estas transferencias se recogen en el calendario actualizado que presentó el Gobierno de Sánchez tras el parón provocado por la pandemia, que incluye las 30 competencias pendientes, excepto la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Este plan de trabajo tendrá un impulso decisivo con la reunión que mantendrán en febrero el presidente español, Pedro Sánchez, y el lehendakari Iñigo Urkullu para profundizar en la "cogobernanza" y en las "vías de acuerdo en todos aquellos temas de interés" para ambos gobiernos.

Así lo desveló el martes el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, que explicó que Sánchez llamó el pasado sábado a Urkullu, dentro de una ronda con los presidentes autonómicos, para interesarse por los efectos del temporal en Euskadi, por la situación de la pandemia y para empezar a trabajar en la agenda de ambos de cara a fijar un encuentro el próximo mes. Todavía no hay una fecha para el mismo, y es presumible que tenga lugar en Madrid, aunque tampoco está confirmado, según fuentes de Lehendakaritza consultadas. Dichas fuentes agregaron que ambos mandatarios "no fijaron ningún tema a priori", aunque desde la parte vasca se priorizará, además del covid-19, "el cumplimiento del Estatuto, todas las nuevas transferencias pendientes y los fondos europeos que están por llegar".

Tal y como se informó en la víspera de la pasada Nochevieja, los dos ejecutivos consensuaron un borrador sobre la transferencia de prisiones, la más importante de las doce previstas para marzo, que suponía un acercamiento de posturas y plasmar por escrito el compromiso del Gobierno español con las mismas. La reunión de los dos mandatarios el mes próximo supondrá otro empujón para estos traspasos.

En su comparecencia tras el Consejo de Gobierno, Zupiria explicó que en la actualidad están "bien definidas las prioridades y compromisos" que el Gobierno español ha asumido públicamente para el pleno cumplimiento del Estatuto de Gernika. Añadió que el propósito del Ejecutivo de Urkullu es "dar los pasos necesarios para seguir avanzando de forma consensuada" en el autogobierno vasco. Según el portavoz, en su conversación telefónica Sánchez y Urkullu también hablaron de la situación "preocupante" en el Estado como consecuencia de la crisis sanitaria, en un escenario de aumento de contagios y de "situación crítica de algunas comunidades en el ámbito hospitalario".

El primero de la ronda

Pedro Sánchez e Iñigo Urkullu se reunieron por última vez el 25 de junio de 2018 en Moncloa, un encuentro con el que el presidente español inauguró su ronda con los presidentes autonómicos tras ser investido, después de la moción de censura que expulsó a Mariano Rajoy de Moncloa. Después de esa cita, han coincidido en la conferencia de presidentes autonómicos que tuvo lugar el 31 de julio de 2020 en La Rioja, ya en plena afección de la pandemia.

Además, tras la repetición de las elecciones generales el 10 de noviembre de 2019, y en el contexto de la búsqueda de apoyos para desbloquear la investidura y formar gobierno, Sánchez se fijó iniciar su ronda con los presidentes autonómicos llamando primero a Urkullu y a continuación al entonces president de la Generalitat, Quim Torra. La explicación fue que ello obedecía "al orden protocolario de las comunidades autónomas", pese a que desde el Govern se pidió que tuviera el "gesto" de contactar antes con Torra. Sánchez y Urkullu también coincidieron en el homenaje a las víctimas del coronavirus celebrado el pasado 16 de julio en Madrid, y por vía telemática, en las 16 videoconferencias con los presidentes autonómicos en el primer estado de alarma.