El Foro Social Permanente conmemoró ayer el noveno aniversario de la Conferencia Internacional de Paz de Aiete con un acto en el que renovó su “compromiso social con la construcción de la convivencia” con el fin de “sentar las garantías de no repetición” de lo acontecido en Euskadi, y dio cuenta del proceso participativo diseñado para poner en marcha su proyecto.

El acto ha tenido lugar a mediodía en la sala Gandhi del Palacio de Aiete e intervinieron los portavoces del Foro Social Agus Hernán y Nekane Altzelai en castellano y euskara, respectivamente. Después, Aitzpea Leizaola y Mikel Casado presentaron el “compromiso social” del Foro y Eneko Calle explicó el proceso participativo diseñado para llevarlo a la práctica.

Hernán recordó que de la Conferencia de Paz de Aiete en 2011 salió una “hoja de ruta” que exigía “compromisos a todos los agentes implicados”, desde entonces, a su juicio, se han dado avances pero “no podemos relajarnos, ni dar por sentadas las garantías de no repetición”.

En este sentido, señaló que para la construcción de una “convivencia democrática” es necesario “avanzar decididamente en los tres nudos pendientes”, que son “acabar con la discriminación entre las diferentes tipologías de víctimas y diseñar mecanismos que superen esas discriminaciones”, garantizando “la verdad, justicia y reparación para todas”, pero también “dar los pasos para una solución integral para los presos” y una “memoria crítica e inclusiva”.

A su juicio, este es “el aspecto que más dificultades tiene”, ya que la memoria está “condicionada por la batalla del relato interpartidaria”. Hernán opinó que “la sociedad vasca va por delante de los políticos en esta cuestión”.

Tras advertir de que “nada está ganado mientras no soltemos estos tres nudos bien” porque, de lo contrario, “la cuestión estará en medio de la tormenta”, trasladó la preocupación del Foro Social Permanente por “el tono del debate” y recordó a los representantes políticos que tienen “responsabilidad en desarmar la palabra”.

En cuanto al “compromiso social para sentar las garantías de no repetición”, apuntó que presenta “dos retos”, por un lado una “cultura democrática plena de respeto a todos los derechos civiles, políticos y sociales de todas las personas” y, por otro, la “transmisión a las nuevas generaciones de una cultura de diálogo y no violencia como instrumento único para resolver los conflictos”.

Los responsables del Foro Social Permanente creen que no se trata de acordar sobre los Derechos Humanos, sino sobre “su cumplimiento y respeto en serio” e inciden en que el compromiso con la convivencia democrática reside “en el Estado democrático y en la sociedad”, habiendo sido esta última “actor determinante en los avances y aceite en un motor que se gripaba a menudo”.

Por su parte Casado y Leizaola explicaron ese “compromiso social” adquirido por el Foro Social Permanente para que “todas las personas de la sociedad vasca seamos dueñas de los derechos que nos corresponden”.