Bruselas - Viorica Dancila, primera ministra rumana, ha anunciado que siguiendo los pasos de Estados Unidos, su país también trasladará su Embajada de Tel Aviv a Jerusalén. El paso supone reconocer la ciudad santa como capital del Estado hebreo, lo que rompe con la posición común europea y ha desatado las críticas del presidente de Rumanía, el país que ostenta en estos momentos la Presidencia rotatoria del Consejo.

Viorica Dancila señaló este fin de semana a su paso por Washington que Rumanía trasladaría su Embajada de Tel Aviv a Jerusalén, lo que de forma indirecta supone reconocer la disputada ciudad sagrada como la capital del Estado de Israel. Sus declaraciones fueron aplaudidas por Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, que afronta en dos semanas unas elecciones anticipadas tras pasar a la historia como el primer líder israelí investigado por varios delitos de corrupción y tráfico de influencias.

El movimiento de Dancila llega cuando su país ostenta la Presidencia rotatoria del Consejo Europeo tras coger el testigo de Austria, que ya priorizó las relaciones con Israel. Sin embargo, el anuncio que la primera ministra hizo en la reunión del potente lobby israelí en América (AIPAC) no solo ha sentado mal en la UE, que defiende desde hace décadas a Jerusalén como la futura capital de los dos Estados, sino dentro de su propio país. “No creo que tenga ningún comentario que aportar salvo que la posición de la Unión Europea no ha cambiado. Mantenemos un contacto constante con los Estados miembros, pero déjenme recordarles que además de las palabras de la primera ministra también están las del presidente”, señaló en la rueda de prensa diaria de la Comisión Maja Kocijancic, portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).

Klaus Iohannis, presidente rumano, afeó poco después del anuncio que este paso demuestra “la total ignorancia (de la primera ministra) en política exterior” y recordó a Dancila que “la decisión final en esta materia corresponde al presidente del país según estipula la Constitución”. Iohannis pidió al Ejecutivo “responsabilidad al gobernar”. No es, sin embargo, la primera vez que ambos brazos muestran en público sus discrepancias. Durante la inauguración de su Presidencia, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se vio obligado a celebrar dos ruedas de prensa distintas -con la primera ministra y el presidente- por las diferencias internas. “Espero que actúes para frenar las resoluciones negativas contra Israel en la UE y por supuesto que se consagre el traslado de vuestra embajada y otras a Jerusalén”, apremió en enero Netanyahu a Dancila en una visita oficial.