Lucila Pascua: “Éramos ‘las niñas”
El deporte continúa siendo uno de los ámbitos donde más se discrimina a la mujer. De ello sabe mucho Lucila Pascua, con un palmarés de medallas olímpicas. La jugadora del Lointek relata a DEIA sus experiencias
HASTA hace bien poco cuando se hablaba de mujeres deportistas era frecuente utilizar el apelativo “las niñas”. No es que haya desaparecido del todo esta costumbre tan desigual con los hombres, pero poco a poco va arrinconándose el uso de este apelativo, entre cariñoso y paternalista. Se usaba incluso para citar a profesionales, cosa que ahora ya no solemos ver en los medios de comunicación, o al menos es bastante infrecuente. Tal vez por la propia lucha de las mujeres, también por la concienciación social general, o incluso en algunos casos por mero postureo para no quedarse fuera de lo que se lleva, el caso es que el deporte femenino y el nomenclátor que se utiliza en su entorno poco a poco se va normalizando aproximándose al que se utiliza con deportistas masculinos.
Quizá quede un buen margen para alcanzar esta meta, pero lo que se percibe es que se está en el camino, sobre todo desde que importantes empresas como Iberdrola en fútbol (Athletic femenino) o Lointek (en el baloncesto con Lointek Gernika Bizkaia) hayan entrado de pleno en el patrocinio del deporte profesional practicado por mujeres.
Con este argumento como base, la pívot internacional de Baloncesto con España, Lucila Pascua fichada por el Lointek Gernika Bizkaia procedente del Mann Filter Zaragoza donde jugaba en las últimas temporadas, disertó en un encuentro en el Hotel Carlton de Bilbao con una amplia representación de mujeres deportistas, representantes de federaciones, responsables de clubes y equipos deportivos. Un evento auspiciado por Emakunde en su empeño por hacer visibles las desigualdades que aún siguen imperando en gran parte del deporte, especialmente en el ámbito profesional.
A sus 35 años esta catalana, techo de la liga durante muchas temporadas, cuenta en su haber con siete medallas en sus 244 partidos con España, entre ellas las de plata del Mundial de Turquía de 2014 y de los Juegos Olímpicos de Río de 2016, es la jugadora con mejor palmares que haya jugado nunca en el equipo gernikarra y en cualquiera de Bizkaia. Además, ostenta el cargo de presidenta de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto (AJUB).
Desde esta privilegiada atalaya trabaja por la igualdad de las mujeres en el ámbito deportivo, “para que nos traten con el mismo rasero que a los hombres y entre otras cosas nos dejen de llamar las niñas como lo he oído escuchar durante muchos años a lo largo de mi carrera profesional”.
¿Qué si tenemos la receta para ello? “El trabajo continuo, por que vivimos en una en una sociedad machista donde parece que la igualdad es aún una utopía y en la que aún se asocia el deporte a cosa de hombres”, reconoce por experiencia.
Desde la Asociación de Jugadoras (AJUB) apuesta por combatir la desigualdad de género. “Además, la conciencia social es muy importante entre las deportistas. Hay que dar ejemplo a las niñas para que puedan tener modelos a seguir y no pierdan interés por la práctica deportiva cuando se van haciendo mayores”, recalca con convencimiento, al tiempo que aboga porque “esto no sea una moda, sino un movimiento social real, donde las deportistas profesionales tengamos sueldos dignos que nos permitan vivir de nuestro trabajo como en el caso de los hombres”, recalca.
Tras su largo periplo profesional reconoce que hay algunos aspectos que no solo no repetiría, sino que cambiaría drásticamente, como por ejemplo trabajar sin estar dada de alta en la Seguridad Social, “tener que estar pendiente de otras cosas que no sea entrenar, jugar partidos y hacer bien tu trabajo”, enumera, decidida a evitar que otras jóvenes que comienzan en el baloncesto pasen por las mismas vicisitudes que ella. “Y, sobre todo, para dejar de ser las niñas”, sentencia.