Los problemas y enfermedades relacionados con las garrapatas "se están incrementado de manera exponencial" debido al cambio climático, que genera inviernos más cortos y suaves, de acuerdo con el catedrático de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Agustín Estrada, que asegura que estos parásitos "se han desplazado hacia el norte".

Estrada, uno de los especialistas que ha participado este jueves en una jornada sobre garrapatas organizada por la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) en formato híbrido en la Universidad de Nebrija, ha confirmado que los problemas generados por este parásito "están incrementándose de manera exponencial" debido a la alteración de los patrones climáticos, que implican que "cada vez la actividad de la especie comience antes" y su mortandad se reduzca.

Además, su área de actividad ha variado y, así, en este momento "resulta prácticamente imposible encontrar garrapatas en regiones como Extremadura que hace 50 años era uno de sus hábitats" y sin embargo "se han desplazado hacia el norte". Estrada considera que uno de los principales factores de su entrada en España se debe al desplazamiento de "cientos de millones de aves migratorias que introducen las garrapatas desde África".

De todas formas, la jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias (CCAES) del Ministerio de Sanidad, María José Sierra Moros, ha explicado que esta cuestión "debe ser tratada con un enfoque integral" ya que las enfermedades transmitidas por vectores como las garrapatas "son muy complejas porque convergen muchos factores: biológicos, medioambientales, ecológicos..." y por ello es necesario "un marco que permita trabajar desde la sanidad pública con coordinación y colaboración" de otros agentes.

El director general de ANECPLA, Jorge Galván, ha coincidido con Sierra en la necesidad de "un enfoque transversal que evalúe la salud ambiental, animal y humana", tras confirmar que la población de garrapatas hoy por hoy en España está "disparada". El problema se agrava al considerar que "las futuras pandemias tras la covid-19 serán de origen zoonótico, según las previsiones" y en ellas la garrapata, que ya transmite enfermedades graves como la fiebre hemorrágica de Crimea Congo, supone un riesgo añadido.