A Suzuki le cuadraron las cuentas el año pasado, en el que sus ventas aumentaron hasta alcanzar ocho mil coches justos. Casi la mitad, 3.850 unidades, la aportó el Vitara. No extraña, por tanto, que este sea el modelo elegido por la firma para emprender su particular revolución motriz. El constructor nipón, que ha desertado del gasóleo, apuesta en exclusiva por la hibridación ligera como método de impulsión para su gama. El Vitara toma la iniciativa al adoptar una motorización 1.4 Boosterjet Mild Hybrid de 129 CV, cuyo apoyo eléctrico depara solvencia adicional de manera puntual, además de contribuir a mitigar el gasto y las emisiones de CO2. Está disponible con tracción delantera e integral, por un precio sensiblemente superior al conocido: desde 22.400 y 24.240 euros, respectivamente.

La evolución técnica de este espacioso modelo compacto (mide 4,18 metros) comporta también pequeños reajustes cosméticos, como el que experimenta el diseño de los faros LED. Pero, en esencia, se trata del mismo coche con mejores modales. Ante todo, sigue siendo un automóvil resolutivo dentro y fuera del asfalto, algo que no puede decir la mayoría de sus rivales, sin posibilidad de contar con tracción a las cuatro ruedas.

La aportación del nuevo sistema motriz se resume en dos cualidades fundamentales, una derivada de la otra: logra una sensible reducción del consumo, lo que depara la rebaja en el flujo de emisiones contaminantes, principalmente las de dióxido de carbono. En condiciones ideales homologa cifras tan contenidas como para merecer la etiqueta medioambiental ECO y la exención del impuesto de matriculación.

Las mediciones realizadas siguiendo el protocolo WLTP vigente, a priori más fiable y realista, registran un gasto medio óptimo de 5,7 litros y unas emanaciones de CO2 de 129 g/km, 6,2 litros y 141 gramos por kilómetro en la variante 4WD. Además, el Vitara consigue estos registros garantizando sensaciones al volante satisfactorias, pese al recorte en la cifra de rendimiento oficial.

La teórica merma de potencia, que pasa de los 140 CV anteriores a los actuales 129, queda compensada por la dosis suplementaria de energía que aporta ocasionalmente el bloque eléctrico. Los ingenieros de la casa la tasan en 13 caballos adicionales. El conjunto motriz, que va unido a transmisión manual de seis marchas, permite alcanzar una velocidad punta de 190 km/h.

Suzuki oferta el Vitara en dos calidades de acabado, GLE y GLX. Ambas llegan de fábrica pertrechadas con abundantes dotaciones de seguridad: control predictivo de frenada con reconocimiento de viandantes, control de velocidad adaptativo, alerta y asistente de cambio involuntario de carril, alarma de tráfico posterior, detección de fatiga del conductor, sistema de reconocimiento de señales, siete airbags y detección de obstáculos en el ángulo muerto.

El modelo incorpora, asimismo, pantalla táctil con integración de smartphone, cámara de visión trasera, climatizador, asientos calefactables, rieles en el techo y sensores de luces y lluvia. La terminación superior, que comporta un desembolso extra de 2.250 euros, agrega también navegador, llantas de aleación pulidas, llave inteligente, indicadores de dirección integrados en los retrovisores, sensores de aparcamiento delante y detrás, así como tapicería con inserciones de piel.

El Suzuki Vitara continúa ofreciendo tracción integral. Instala la versión actualizada del sistema 4WD Allgrip, recurso que lo convierte en un todoterreno con todas las de la ley. Su intervención permite al vehículo desenvolverse con grata soltura por zonas de orografía abrupta. Propone cuatro modos de conducción concebidos para adecuarse a las distintas circunstancias del suelo (Auto, Sport, Snow y Lock).