ESTE mes de enero, José Félix Uribe-Etxebarria se veía obligado a despedirse de miles de vizcainos y anunciar su jubilación. Y no porque sea mundialmente conocido, que también, si no porque su periódico gratuito está desde hace más de un cuarto de siglo en los hogares de Nerbioi-Ibiazabal y el Duranguesado. Es ese visitante que uno siempre se encuentra en el buzón del portal sin importunar y, que mes tras mes, acerca actividades y eventos. Porque al igual que en aquella serie que TVE emitió a principios de los 70 que narraba la vida cotidiana en un pueblo, Uribe-Etxebarria ha recogido durante casi treinta años los dimes y diretes de Galdakao. Y más tarde también los sucedidos del Duranguesado y de Basauri.

Él fue el fundador, en abril de 1991, de Crónicas Galdakao, el tercer periódico local de distribución gratuita de Euskadi puesto que ya existía Vecinos en Getxo y Salgai en la Margen Izquierda, más tarde desaparecidos. "Yo creo que es una gran labor social. ¡A ver quién ponía un periódico gratis en cada buzón! Además fui el primero que incorporé los cumpleaños y las necrológicas gratuitas en una publicación de carácter local. Y todo con un enfoque innovador porque tenía muy claro que los periódicos tienen que tener muchos titulares. No vale el recurso fácil de llenar una página con una sola cosa. Hay que hacer un puzzle con varias informaciones que interesen a los lectores", señala.

Nacido en Tximelarre (Galdakao), hasta ese momento la biografía de Uribe-Etxebarria había sido azarosa. Con solo siete años se mudó con sus padres a Argentina y volvió con 40, una esposa y un hijo. Con estudios de Administración de Empresas, en ese país, había ejercido diferentes trabajos, colaboraba con conjuntos de música folclórica y realizó también estudios de locutor de radio y televisión donde recibió nociones de periodismo. En Argentina también había editado una revista de salud, pero la guerra de Las Malvinas hundió la publicación. "En 1987 hice mi primer periódico local que se llamaba Los Debates. Luego fundé en solitario la cabecera Páginas. Pero en el año 90 la vendí y, por la difícil situación económica que atravesaba el país, me trasladé a Bizkaia y decidí montar un periódico local en el lugar donde había nacido", explica.

Crónicas Galdakao arrancó con 5.000 ejemplares. Hoy distribuye 12.000. Por eso este galdakaoztarra facilita alguna de las recetas de este éxito en el tiempo. "Otras publicaciones nunca ponen la fecha de buzoneo, nosotros la ponemos siempre porque queremos comprometernos con el lector con una fecha de entrega". "Además la publicación no solo tiene que ser un soporte comercial, sobre todo tiene que estar al servicio de los vecinos proporcionándoles información y una agenda completa", indica.

Desde 1991 hasta 1994 estuvo trabajando con muy pocos medios en una habitación de su casa y contratando externamente la maquetación. "Pero yo venía con la escuela argentina y eso me sirvió de gran ayuda". Hacía sorteos, "he sorteado de todo" y ha conseguido mantenerse todos estos años "sin tirar nunca los precios de la publicidad, y no como otros", expresa sin recelos. En enero de 1992 se atrevió con un Crónicas para el Duranguesado, (Durango, Iurreta, Amorebieta y Abadiño), -con 20.000 ejemplares en la actualidad- y más tarde sacó también una edición para Basauri, que distribuye 18.000 periódicos.

Tiene claro que el secreto de esta vigencia es una gran labor comercial. "Porque el motor de un periódico local gratuito es la publicidad y yo sabía vender el producto porque era mío y lo conocía a la perfección". "Sabía crear al comercio la necesidad de anunciarse porque ellos eran conscientes de que así podrían vender más". Todo ello sin ninguna financiación pública. "Nunca he recibido ninguna subvención del ayuntamiento de turno. Sí que vendía publicidad a los ayuntamientos, pero nunca recibí dinero a cambio de nada". No en vano, él siempre ha sabido que "no se puede ni se debe mezclar este negocio con la política".