EN el ficticio edificio que comparten estos días los actores Gurutze Beitia y Josu Ormaetxe las puertas están abiertas a la inclusión. No hay barreras, ni obstáculos que valgan para que personas maravillosas como Marina González Galarza puedan demostrar que son capaces de dejarnos con la boca abierta. Marina es una joven con síndrome de Down y, aunque trabaja en una empresa de diseño de interiores, ha demostrado tener muchas dotes como actriz. “Me gusta mucho. Disfruto sobre el escenario”, confesó a DEIA esta actriz amateur.

Y lo hizo con mucha profesionalidad, ¡vaya que si lo hizo! En la función de la obra Puerta con Puerta, de gran éxito de crítica y de público en esta Aste Nagusia, la joven realizó ayer un cameo en la función de las ocho de la tarde. No será la única colaboración, tal y como ha adelantado el productor de la obra, Borja Elorza, ya que la próxima semana se subirán al escenario más caras conocidas. “La cultura es para todos y todas sin exclusión”, confesó Elorza.

Marina controló los nervios y puso lo mejor que hay en ella para conseguir el aplauso del público. “Llevo días ensayando y espero que todo salga bien. Estoy emocionada de que me den esta oportunidad de demostrar que podemos. Para mí es un regalo. Antes tenía más vergüenza, pero el haber trabajo en otros sitios me ha ayudado a abrirme a la gente”, dijo González.

El que no faltó a la cita con Puerta con Puerta fue el director gerente de la Fundación Síndrome de Down, Oscar Seoane quien destacó la importancia de visibilizar en diferentes aspectos de la sociedad a personas que tienen menos oportunidades, pero que sin embargo, son tan capaces o más que cualquiera. Seoane rescató una frase del director inglés de teatro, Peter Brook: “El teatro trata de hacer presente lo ausente”. Y añadió: “Con el cameo de Marina en Puerta con Puerta se permite visibilizar las capacidades de forma inclusiva y activa de las personas con discapacidad intelectual”.

Con soltura, Marina se convirtió por unos minutos en la portera del edificio donde se desarrollan las peripecias de esta pareja separada al que el destino vuelve a unir. Amaia (Gurutze Beitia), interpreta a una mujer independiente de cuarenta y tantos años que decide comprar un apartamento nuevo en un edificio de una zona acomodada. Pero en las ilusiones de dar un paso más en su independencia, sucede algo que le rompe los esquemas. Mientras, Andoni (Josu Ormaetxe) es el propietario que vive en el apartamento de al lado, Puerta con Puerta. Con cerca de 55 años está muy lejos de ser el vecino ideal para Amaia.

Ambos actores se mostraron ayer emocionados por compartir escenario con Marina y destacaron su capacidad y valentía. “No es fácil subirse a un escenario y hacerlo con la soltura que lo hace ella”, comentó Gurutze. Josu Ormaetxe hizo hincapié en la importancia de compartir espacios con personas como Marina: “Conocerla te ayuda a enriquecerte como persona y profesionalmente”, dijo. “Con su arte y saber estar se va a meter al público en el bolsillo”

Marina asumió su papel de portera de edificio con seriedad y sin mucho maquillaje porque, según lazó “las porteras no van muy maquilladas”. La joven actriz, vestida con un vestido y zapatos negros con el apoyo de su ama y de su tía que acudieron a ver la obra. “Lo que más quiero es que se lo pase bien, que disfrute”, concluyó la actriz.