A actual Capitanía Marítima de Bilbao fue en sus orígenes una de tantas villas que edificaron los acaudalados industriales de la villa en el nuevo ensanche de Abando. Esta elegante villa de marcado estilo francés fue encargada por el industrial Ramón de la Sota y Llano. En 1885 se casó con Catalina Aburto y Uribe y tras estar viviendo los primeros años en alquiler la pareja decidió en 1890 instalar la residencia familiar en las inmediaciones de los Jardines de Albia y la iglesia de San Vicente, en una de las zonas privilegiadas del boyante ensanche de Bilbao. La piedra rosa de su silueta le dio un aire singular.

Esta nueva residencia reflejaba el estatus que había conseguido adquirir Ramón de la Sota en la sociedad bilbaina. Sus múltiples empresas y sociedades le habían reportado, ya para aquella época, importantes sumas de dinero en concepto de dividendos y ganancias. Todo ello hizo que tuviera una posición destacada en la dinámica sociedad bilbaina de cambio de siglo.

La familia solo residió en la casa 10 años ya que se trasladaron en 1900 al Palacio Ibaigane. Aun no residiendo en la casa siguió perteneciendo a la familia hasta la Guerra Civil. El mismo año en el que se trasladaron a Ibaigane el arquitecto encargado de la nueva edificación, Gregorio Ibarreche, se encargó de una primera remodelación de Villa María, para adaptarlo al uso de oficinas. Se cree que las mismas se utilizaron para instalar los despachos pertenecientes a la naviera Sota-Aznar.

Hubo otra reforma en el año 1909, pero la fecha que cambio la morfología del edificio fue la intervención realizada en 1918. Hasta dicha fecha la vivienda era una edificación aislada siendo su fachada principal la que miraba a San Vicente. Todo cambio cuando se decidió instalar las nuevas oficinas de la naviera Sota-Aznar en los terrenos que se encontraban entre Villa María y Alameda Mazarredo. El edificio, obra de Manuel María Smith, el arquitecto que trajo el estilo inglés a Bilbao, tiene su entrada principal en el chaflan de la manzana por lo que su parte trasera da directamente a lo que era la fachada principal de la villa. Se decidió adosar las dos edificaciones pasando la fachada principal de la villa a ser la medianera que lo separaba del nuevo edificio de oficinas. Eso obligó a reubicar la entrada principal a la villa situándose en la fachada que daba a la calle Ibañez de Bilbao.

En la Guerra Civil y dado el reconocido carácter nacionalista de la familia de la Sota el ejército sublevado requiso la propiedad de Villa María a la familia. Posteriormente se instaló en el mismo la Comandancia Marítima y finalmente hoy alberga la sede de la Capitanía Marítima de Bilbao.

Aun y todo, dicha reforma no fue la última siendo el proyecto de 1993 el que confirió el aspecto definitivo al edificio de la mano de José Luis Saez de La Calle. Lo más destacable de esta última reforma es que se centro la entrada de la vivienda (hasta entonces se encontraba en un lateral), se le dio un carácter más monumental a la entrada duplicando la escalinata de acceso y se intento recuperar al máximo los elementos originales, destacando la vidriera del espacio central.

Hablamos de la calle Ibáñez de Bilbao que arranca en la plaza Venezuela y desemboca en la plaza del Ensanche. Toma su nombre el espacio de Martín Ibáñez de Bilbao que vivió en el siglo XV, fue alcalde y fiel de los mercaderes locales. Está considerado como el principal autor de importantes ordenanzas comerciales, así como de la más antigua recopilación manuscrita que existió en la Villa de Derecho Comercial y Marítimo.

La calle fue, más pronto que tarde, uno de los puntos neurálgicos de aquel Bilbao del Ensanche. En la esquina más próxima a la plaza del mismo nombre sobrevivió, hasta 1972, aquel que llamaron el chalet de la yedra y muy próximo al mismo, en la calle Henao esquina con Ercilla, se ubicó el primer chalet del ensanche de Bilbao, edificado en 1878. En sus orígenes apenas levantaba dos alturas pero en 1940, al ser adquirido por la Cámara de la Propiedad, ascendió cuatro alturas más. Era el Bilbao del despegue.

Entremos de nuevo en la calle Ibáñez de Bilbao. Allá en el número 1, el edificio conocido como la Naviera Aznar, fue diseñado para oficinas en 1948 por el arquitecto Manuel I. Galíndez.

En el número 16 estaba la casa donde nació y vivió gran parte de su vida Sabino Arana Goiri; se le conocía como Sabin Etxea. Tiene su historia. En el año 1857 Santiago Arana Ansostegi, propietario de un próspero astillero en las orillas del Nervión y padre de Sabino Arana Goiri, decide construir un palacete de estilo neovasco para que haga las funciones de hogar familiar. En él transcurrirá Arana la gran mayoría de su jueventud y su madurez. Posteriormente, tras la proclamación de la Segunda República, el edificio fue alquilado y habilitado como batzoki y sede central del Euzkadi Buru Batzar, a iniciativa de Luis Arana, hermano de Sabino. La nueva sede central del PNV sería inaugurada a comienzos de 1932 y se mantuvo en esta función hasta la Guerra civil. En 1937, tras la conquista de Bilbao por parte de los franquistas, el edificio fue incautado por Falange. En el mismo se instalaría la sede de Auxilio Social en Bilbao, situación en la que se mantuvo durante varios años. En diciembre de 1960, siendo José Macián Pérez gobernador civil de Vizcaya, se decidió su derribo para que no quedara el menor recuerdo del edificio, que nadie tocara los escombros, y que estos fueran arrojados al mar. Esto último no se realizó, pero fueron diseminados de forma que no se pudieron localizar. El nuevo edificio de Sabin Etxea es obra del arquitecto alavés Koldo Eguren y muy próximo al edificio invoca a sus musas, año tras año, el pintor Iñaki García Ergüin.

Sigamos de paseo por una calle bien cebada con la pólvora de la historia. El edificio que hace esquina con Alameda de Mazarredo, fue diseñado para las oficinas de Sota y Aznar por el arquitecto británico Frederick Lindus Forge en 1916. La dirección de obra fue del arquitecto Manuel María de Smith, culminando la obra en 1926. Y Antonio de Trueba, Antonio el de los Cantares, falleció en el número ocho de esta calle, en 1889. Desde la Casa Rosa de Ibáñez de Bilbao la ciudad irradia quintales de historia.