Son autores de cine de éxito, les gusta escribir juntos y disfrutan contando historias al alimón. Aseguran que antes de llegar al texto definitivo siempre hay discusiones, diálogo y confrontaciones, pero sin gritos. Además de Antidisturbios, son autores de películas tan reconocidas como El reino o Que Dios nos perdone.

¿Cómo definirían Antidisturbios

: Diría que es una serie policial de personajes que habla de la actualidad y sobre el sistema.

¿Por qué es tan coral?Isabel Peña

: Hay muchos tipos de antidisturbios, y ese fue el motivo por el que Rodrigo y yo queríamos que nuestro furgón estuviera poblado por seis seres humanos tan distintos. Una de las teclas que queríamos tocar con la serie era mostrar que debajo de cada uniforme hay hombres diferentes, con vidas muy diferentes y con un sentir que nada tiene que ver entre unos y otros.

R. S.: En todas las profesiones pasa lo mismo; puede haber un nexo común, pero incluso a la hora de enfrentarse a un tema profesional las reacciones son diferentes.

¿Cómo surgió que ustedes dos se pusieran a escribir una historia sobre este cuerpo policial?R. S.

: Desde la fascinación que siempre ha desprendido el cuerpo de los antidisturbios. Es un cuerpo tan demonizado, tan estigmatizado por una gran parte de la sociedad... También lo es por parte de la propia policía, y de hecho es el cuerpo policial más odiado por todos.

I. P.: Era interesante para satisfacer también nuestra curiosidad como relatores de historias y guionistas. A los dos nos interesa mucho aquello que se prejuzga de una manera tan radical. Creemos que son personas como las demás, pero trabajadores que tienen un contacto con la violencia muy intenso, y su vida laboral tiene que hacer mella de alguna manera en su forma de entender la vida, en su forma de querer y en su forma de estar en este mundo.

Serán personajes con los que se puede abordar un amplio abanico de temas...R. S

.: Sí, el abanico es infinito. Podríamos decir que en cualquier lugar lo podríamos encontrar, pero meternos en el mundo de los antidisturbios nos ha abierto muchas posibilidades y muchas situaciones de intensidad. Da para hablar de numerosos conflictos internos, tanto en lo personal como en lo profesional, pero también da para tratar sobre un sistema que les usa muchas veces como títeres, y ellos mismos tienen que lidiar con esa realidad en muchas ocasiones.

Siendo mal pensados, podríamos entenderlo como un blanqueo de la imagen que tiene este cuerpo.R. S

.: Quien vea esta serie no podrá entender lo que estás diciendo.

I. P.: Nosotros queríamos entrar sobre todo en las vidas de unos tipos que no conocemos de nada, que sabemos que actúan en determinadas ocasiones y que se ajustan a estereotipos sociales que a veces no tienen mucho que ver con ellos.

Se supone que habrán hecho una documentación intensa para hacernos llegar a las pantallas Antidisturbios

: Sí, y lo hacemos en todos nuestros trabajos. Es una de las partes más divertidas cuando nos planteamos un proyecto. Sin documentación no haríamos ni películas ni series. Ver la realidad de lo que queremos llevar a la ficción nos sirve para descubrirnos contenidos en los que quizá no habíamos pensado, y también para desarrollar algunas tramas.

I. P.: A la hora de hacer el proyecto nos hemos entrevistado con antidisturbios reales, y lo hemos hecho tanto para la fase de guion como para la de preproducción de la serie. Obviamente no teníamos ni idea de cómo funcionaba este cuerpo. Nos hacía falta investigar y convivir con ellos.

Proyectan una imagen totalmente intimidante. Desde luego, no te hacen sentir cómoda si se les tienes cerca.R. S.:

Totalmente de acuerdo. Nosotros también hemos sentido lo mismo en ocasiones. Todo lo que hemos visto en una pantalla sobre los antidisturbios suele ser algo violento, algo que nos hace sentir emociones que no son de tranquilidad, pero lo que no vemos es lo que hay detrás, antes de que ellos comiencen una intervención.

¿Y qué hay?R. S

.: Pues mira, quizá la parte más divertida de su historia, la parte más relajada, aunque ellos siempre vivan en un mundo de tensión.

I. P.: Cuando estuvimos con ellos descubrimos que incluso se aburren cuando están vigilando el terreno, pero lo que tú ves habitualmente en un informativo es ese parte violenta de una intervención. No puedes percibir lo que se siente bajo ese uniforme ni cómo viven el momento que a ti y a todos nosotros nos muestran las cámaras.

Ambos están acostumbrados a escribir juntos guiones de cine y de televisión. ¿Resulta difícil?I. P

.: Para mí, lo difícil es escribir sola. Desde mi experiencia diré que hacerlo sola es mucho más aburrido y, en mi caso, haría peor mi trabajo. Cuando conocí a Rodrigo me di cuenta de que él lo hacía todo más divertido y mi trabajo mejoraba. Para mí, es de locos hacerlo en solitario.

R. S.: Yo también pienso que es muy aburrido y tedioso ponerme a escribir solo. Además, Isabel y yo hemos formado un buen equipo de escritura y nos complementamos muy bien.

¿Escriben juntos físicamente o lo hacen a distancia y se intercambian los textos?R. S.:

Durante la primera fase estamos juntos. Es necesario que así sea para dar forma de manera conjunta a la historia que estamos creando. Mantenemos una rutina y quedamos todas las tardes para charlar y conversar sobre el guion que tenemos entre manos. Vamos escribiendo unas ideas y también tachando otras que teníamos previstas. Después, a la hora de escribir las noventa o cien páginas de la historia que tengamos entre manos nos separamos y la verdad es que se agradece. Ja, ja, ja... Es broma.

I. P.: También es interesante ponernos a escribir cada uno a nuestro aire y hacer uso de todo lo que hemos apuntado y de los puntos que ya hemos aclarado.

¿Hay muchas diferencias de opinión?I. P.

: Todo el tiempo, y eso también es divertido, porque al final tenemos que ponernos de acuerdo. Siempre hay una discusión en cada uno de nuestros proyectos; no a gritos, pero sí tenemos que dialogar entre nosotros lo que escribimos. En estas discusiones es donde más disfrutamos y de donde salen esas ideas a las que yo no habría llegado en solitario.

R. S.: No hay diferencias estructurales, pero sí ciertas diversidades en las que tenemos que llegar a acuerdos. Yo tampoco creo que hubiera llegado a la resolución de algunas tramas en solitario, pero es a la hora de convencer a la otra persona de tus ideas cuando surgen nuevos planteamientos.

I. P.: Es interesante discutir y que el otro te exija más, te exija llegar a lugares a los que tú en solitario nunca hubieras llegado porque te habrías quedado en un estadio anterior, clavada. Digamos que en toda esta dinámica es donde está la gracia y donde se puede redondear una historia a la que por ti misma nunca habrías llegado.

De unos años a esta parte, los creadores de historias son lo que han subido peldaños a la hora de poner en valor una historia. Hasta hace poco estaban en la sombra.R. S

.: Totalmente de acuerdo. Cada vez se valora más a los creadores, a los guionistas y a toda la gente que está detrás de una historia. Creo que es un síntoma de madurez. Hay algo que pone de manifiesto la realidad.

¿Ha influido la llegada de las plataformas?I. P

.: Sí. Está claro que han hecho mucho por la industria audiovisual. Las series cada vez son más populares y están más en nuestras vidas. Ahora casi hay que evitar las conversaciones sobre series. Esto también tiene que ver con eso de que los creadores cada vez estamos más presentes. Las series son parte de nuestro mobiliario urbano, mental y personal.

Dicen que las historias para televisión cada vez son más cinematográficas, pero, ¿sigue habiendo diferencias?R. S.

: Según como te lo plantees no hay tantas diferencias. En cuanto a guion tienes que saber que en una serie como Antidisturbios hay seis segmentos de la misma historia y tiene que haber un tono que marque esas seis partes. Pero en cuanto a historia, normas y honestidad a la hora de crear personajes, el camino que llevan al cine y la televisión tiene que ser el mismo.

¿Y en el rodaje?R. S

.: Menos diferencias aún. Un día de rodaje es igual en cine que en televisión.

¿Y si les dieran a elegir entre cine y televisión?R. S

.: No me gustaría tener que hacerlo, pero me quedaría con cine por una cuestión de romanticismo.

No solo por la situación actual, porque ya venía de antes, el cine cada vez se ve más en casa. ¿Conciben ustedes que una película se quede en el salón y no se vea en una sala?I. P

.: No, por supuesto que no. Sabemos que cada vez quedan menos salas, pero confiamos en no se queden solo en el salón. Hay tanta gente cinéfila que no vamos a consentir eso.

R. S.: Las salas están en crisis, pero no vamos a dejar que se mueran del todo. El cine es salir de casa a ver una película. Es un buen plan.

I. P.: Ya estábamos en crisis antes de todo esto y lo del coronavirus ha sido como la estocada final, pero yo he ido al cine y las salas estaban bastante llenas, a pesar de que se guardan las distancias.

ISABEL PEÑA

Edad: 37 años.

Lugar de nacimiento: Zaragoza.

Formación: Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad de Navarra.

Trayectoria: Comenzó en Impares, La pecera de Eva y Frágiles. Su relación con Sorogoyen arrancó en el largometraje Stockholm. A partir de este proyecto no han dejado de colaborar juntos. En 2008 también participó como actriz en un corto titulado Martina y la luna.

RODRIGO SOROGOYEN

Edad: 39 años.

Lugar de nacimiento: Madrid.

Familia: Es nieto del director de cine Antonio del Amo.

Formación: Licenciado en Historia del Arte por la Complutense de Madrid.

Trayectoria: Igual que su socia empezó de guionista en Impares, La pecera de Eva y Frágiles, aunque con escritura independiente. Ha firmado junto a Peña Que Dios nos perdone y El reino, ambas premiadas en los Goya. El último trabajo conjunto ha sido Antidisturbios.