El 30 de abril estrena la película que ha rodado a las órdenes de Javier Fesser, ‘Historias lamentables’. Es su gran oportunidad en el cine y también está en ‘La que se avecina’.

Bárbara Grandío es una mujer que se ríe mucho durante la conversación, en la que se muestra muy clara en las respuestas. y le gusta su profesión por muy difícil que resulte en ocasiones. Ahora, la actriz gallega vive un momento dulce y reparte su tiempo entre Madrid y Coruña, la ciudad en la que vino al mundo. Cine y televisión ocupan su tiempo, aunque el teatro no le es ajeno en absoluto, y gracias a él ha superado los momentos más difíciles.

¿Cómo es la película Historias lamentables, de Javier Fesser?

Todo lo que hace Javier es impresionante. Es como volver a El milagro de P. Tinto. Tiene ese humor surrealista que le ha caracterizado siempre. Son tres historias y un epílogo, y aunque son independientes están interconectadas. Se trata de textos de la primera época de Javier que aún no han visto la luz. Es una película muy Fesser.

¿Es difícil trabajar con él?

Lo difícil es creerte que estás trabajando con él, que has tenido la suerte de que se fije en ti y que tienes un papel en su película. Es una persona muy honesta. Tiene muchas virtudes, pero la honestidad que hay en sus trabajos es superimportante para mí. Además es muy cariñoso y muy atento. Ya ves lo encantada que estoy de haber participado en esta historia.

¿Cómo es el personaje que desarrolla en ella?

Aparece en una de las historias, y hago de una chica de barrio muy familiar que defiende el negocio que tiene y que va a vivir situaciones muy divertidas. No voy a contar más, porque tenéis que ir a ver la película. Se estrena el 30 de abril.

¿Le gustan a usted las historias locas? Porque está también grabando La que se avecina.

Me encanta el humor, y mi personaje en La que se avecina es muy divertido. Lo paso muy bien con él y estoy encantada de haber entrado en esa vecindad tan disparatada. Bueno, es que en esa comunidad, locos y disparatados lo son todos, y de golpe. No se salva ni uno.

También tiene pendiente un estreno en HBO.

Sí, pero no sé cuándo se estrenará. Es Por H o por B, de Manuela Moreno, y ahí tengo un papel muy pequeño. Realmente es un cameo, pero ha sido muy importante para mí. La verdad es que cualquier personaje que interprete, grande o pequeño, significa mucho. También he hecho una serie en Galicia para TVG.

¿Y cómo es?

Se llama A estiba y es una serie centrada en el trabajo de la Policía Nacional. También es muy importante para mí, porque se hace en mi tierra y en gallego. Estoy satisfecha con los resultados porque soy muy fan del género quinqui de Eloy de la Iglesia, y el personaje que interpreto es una quinqui importante. La serie va sobre una comisaría y yo soy una persona del pueblo que busca trabajo, no lo encuentra, y entonces roba. Tengo muy buen corazón, pero me gusta beber y estoy como una cabra. Es un personaje muy divertido de interpretar: se llama Caniche y ladra mucho, pero no muerde. Juega a sobrevivir.

Para como andan los tiempos en su profesión, no está nada mal su trayectoria y su momento actual.

No me puedo quejar. He ido siempre picoteando aquí y allá, pero nunca había tenido un personaje tan importante como el de La que se avecina. Creo que mi carrera va creciendo y que poco a poco estoy recogiendo mucho de lo que he sembrado. Esperemos que continúe de esta forma. Yo lo que realmente pretendo es vivir de esto. El personaje de la peli de Fesser también es uno de los más importantes que he hecho en el cine, y la verdad, ya tenía ganas de tener oportunidades de hacer algo diferente y más grande.

¿Cree que hay más posibilidades para los actores en estos momentos?

Difícil sí que está la cosa, no hay que olvidar que somos muchos los que queremos vivir de la interpretación, pero es cierto también que se están abriendo nuevas posibilidades y se están haciendo muchas más series que antes. Hay un montón de plataformas que antes no existían, y son algo que da nuevas oportunidades a los que estamos ahí, deseando poder vivir de una profesión que elegimos en su momento y que nos ilusiona mucho. Pero a pesar de todo esto, sigue siendo muy complicado ser actriz profesional.

¿Cuántos años lleva trabajando en ello?

Tengo ahora 37 años, los cumplí en enero, y empecé con 18, así que?

Más de media vida.

Uy, sí, lo acabo de decir y me acabo de acojonar. Puedo decir que nunca lo había pensado hasta ahora.

¿Ha tenido muchos altibajos en su vida profesional?

Pienso que todos tenemos altibajos en el trabajo, al margen de lo que seas. En mi vida ha habido muchos momentos bajos, pero ahora estoy alucinando porque parece que da sus frutos eso de estar sembrando durante mucho tiempo. Ha sido muy duro, pero he tenido la suerte de poder trabajar durante muchos años en teatro, que ha sido un salvavidas.

Un medio que mantiene a sus protagonistas más en la sombra que el cine y la televisión.

Es verdad que es un medio que no da la visibilidad que da la tele, para lo bueno y también para lo malo, pero sí que te ofrece un mínimo de estabilidad. Cuesta mucho trabajo mantenerte ahí. Yo he tenido la fortuna de hacer muchas giras, con las que no me he forrado, pero sí que me han dado sueldos dignos para poder seguir adelante.

¿No ha tenido ganas de tirar la toalla en los peores momentos?

Me he enfadado muchas veces, pero incluso durante el enfado, sabía que no iba a tirar la toalla. Es que no sé hacer otra cosa.

¿Es usted una actriz vocacional?

Realmente, nunca dije que quería ser actriz. De pequeña me disfrazaba, pero como casi todo el mundo. ¿Quién no se ha disfrazado alguna vez en la vida y se ha metido en un mundo que no es el suyo? Todos jugamos de niños a ser diferentes personajes: tú el indio, yo el vaquero. Pero nunca lo tuve claro, hasta que a los trece o catorce años empecé en el instituto a recibir clases de teatro y pensé: ¡Ostras! Igual puedo hacer esto toda la vida. Igual esto es lo mío. Probé un montón de actividades y siempre las dejaba, pero el teatro no, fue la única en la que siempre seguí.

Galicia tiene mucha tradición teatral...

Y hay muchas compañías que conoces de toda la vida. Es verdad que algunas, muy buenas e importantes, han tenido que bajar el telón por falta de medios y de ayudas, pero lo cierto es que la tradición sigue ahí y hay mucho circuito dentro de Galicia, pero también fuera, por el norte en general.

¿Es el teatro el medio en el que se siente más cómoda?

No sé qué decir. Teatro es lo que más he hecho, pero la televisión me gusta mucho y también me siento cómoda delante de las cámaras, aunque tampoco haya hecho muchísima tele. La estoy descubriendo desde hace tres años.

Dicen que en La que se avecina, quienes trabajan se mueren de la risa con los guiones.

Ja, ja, ja? Hay veces que es complicado. Yo soy una profesora que es un pelín rancia y el look no ayuda nada a contener la risa. A veces nos cruzamos cuatro personajes, cada uno con su caracterización, y ya solo con vernos nos morimos de la risa. Son muchas horas las que pasamos juntos, hay mucho trabajo, y al final te tienes que concentrar mucho para no reírte y poder terminar una secuencia.

¿Cómo entró en esta serie?

Ahora estamos grabando la temporada doce y yo comencé en la diez. Fui para hacer una secuencia en un capítulo y me quedé, una suerte increíble.

¿Convenció tanto su actuación?

No lo sé, pero lo cierto es que no sabía cómo enfrentarme al personaje que me habían propuesto y me dije: Vamos a ponerle algo diferente. Así que lo reinventé.

¿Qué fue lo diferente que hizo?

Me vine arriba y dije: Le pongo voz de pito. Una voz muy molesta que les hizo gracia y me fui quedando. Ni yo misma me lo creía.

¿Veía la serie antes de trabajar en ella?

Sí, y me encantaba, porque es diferente al resto. De hecho, yo era muy fan de Aquí no hay quien viva, y cuando pusieron esta, me enganché a ella sin dudarlo.

¿Tiene sus personajes preferidos?

Todos en general me gustan. El que hace Carlos Areces en la temporada que estamos grabando va a ser bestial. El personaje de Jordi Sánchez, Antonio Recio, me tiene fascinada. Es que si empiezo a nombrarlos, juro que igual no paro.