descubrir que la tecnología tiene algo de afición y de entretenimiento

Nuestros jóvenes son meros consumidores de tecnología. Me cuesta encontrar en cualquier edad personas con inquietudes en este campo. Ya nadie se pregunta cómo funciona un teléfono móvil, cómo es capaz de seguir funcionado una llamada si vamos en un coche en movimiento o porque una especie de espejo mirando al sol es capaz de dar electricidad. Nos hemos acostumbrado a ello como a que cada día amanezca o que al girar el grifo sale agua. Un kit de arduino o cualquier otro kit de robótica alternativo puede costar menos de 99 euros. Incluso mucho más barato si compramos las piezas que lo componen por separado. Podemos realizar miles de experimentos e incluso aplicaciones tecnológicas para que funcionen en nuestra casa. Existen muchos cursos gratuitos por Internet, tutoriales en YouTube y cursos mucho mas serios de pago, que muchas veces compensa gastarse unos euros porque están diseñados para poder aprender. Lo bueno de la formación on line es que ya es potente, podemos estudiar el día y la hora que queramos y casi siempre se crea una comunidad de alumnos y profesores que va mucho más allá de las clases.

No nos damos cuenta, y eso es lo bueno, de que jugando con la robótica vamos aprendiendo electrónica, mecánica, programación, matemáticas y, por encima de todo, potenciamos enormemente la creatividad. Pero para que esto pueda llegar a funcionar es necesaria una cierta implicación de todos los miembros del hogar. Si seguimos pensando que esto de la tecnología es para los jóvenes y que los más mayores ya están descolgados vamos a cometer un error que sufrirán las nuevas generaciones más adelante. Vuelvo a repetir que nos siguen faltando vocaciones en los estudios relacionados con la tecnología y en muchas casas he visto como desanimaban a estudiar este tipo de carreras porque, sin conocer, les cuentan que son muy difíciles y complicadas. Lo mismo que se practican deportes o se aprovecha el verano para ir a la playa y pasar el tiempo de una forma diferente, jugar con los kits de robótica puede ser el principio de algo apasionante, algo que más adelante se convierta en una pasión y en la creación de una empresa tecnológica en cualquier área. No estoy diciendo que todos tienen que ser ingenieros, solo digo que si tienes las bases de la tecnología, las aplicarás más adelante cuando estudies Derecho, Filología o Bellas Artes. Por tanto no solo las bicicletas son para el verano, la robótica también puede serlo.

@juandelaherran