Tik Tok es la red social de moda. Hace años que llevábamos viendo un mercado de las redes sociales bastante estabilizado alrededor de las clásicas Facebook, YouTube, Instagram o Twitter. Sin embargo, por primera vez en su corta pero intensa historia, se vive un cambio hacia un nuevo estilo. Además, protagonizado por una red creada fuera de Estados Unidos.

Tal ha sido su auge en los últimos meses que, como ocurrió con otras redes, una vez ocupado el espacio para diferentes alternativas de ocio, empieza a conquistar ambientes más serios. Partidos políticos, instituciones e incluso grandes empresas ya han abierto sus cuentas corporativas en la red social de moda. Lo que ocurre es que muchas de ellas están siendo noticia precisamente por no haber entendido un principio básico de cualquier red social: pese a que pudiéramos entender todas ellas como iguales, en realidad cada una tiene su propio código de comunicación, estilo e incluso, praxis definida por su comunidad.

TikTok trajo una novedad frente a sus predecesoras: está centrada en compartir clips de vídeo con música -cuenta con una gran galería musical-. Para ello, ofrece al usuario una cantidad importante de filtros que cambian la voz, la estética, e incluso la escena para aparecer con otra ropa o compañía. Esta capacidad creativa expresada en formato de vídeo musical corto fue muy bien recibida por los jóvenes en su día. Pero, ¿cómo llevar este estilo de contenidos a "instituciones serias"? Fue esta pregunta precisamente la que hizo que muchas organizaciones dijeran que esto de TikTok no iba con ellas. Claro, lo hicieron antes de que se dieran cuenta del enorme volumen de atención y usuarios que empezaban a concertar.

Estas instituciones empezaron a preocuparse y ocuparse cuando vieron que TikTok aparecía en los telediarios (un buen termómetro de que está calando en la sociedad). El público joven (especialmente la generación Z), está ahí. Quizás recordéis haber visto un vídeo de la Guardia Civil que salió en muchos sitios. A algunos, a algunas, incluso les indignó el tono y su contenido. Pero es que precisamente esa es la idea de TikTok; hacer algo diferente. ¿Por qué grabó ese vídeo esta fuerza de seguridad? Quisieron dar un mensaje de seguridad, un asunto que es cosa de todos y todas. Para ello necesitan amplificar su llegada, comunicar los mensajes de forma más directa y conectar con las audiencias más jóvenes que no siguen ya los principales medios de comunicación. En el vídeo se podía ver a agentes bailando, gesticulando, mostrando su complicidad, etc. Es decir, se mostraba a un cuerpo aparentemente serio, hablando el idioma de la gente que está en TikTok. La dinámica visual y su agilidad es lo que convirtió en viral este mensaje.

Entre los partidos políticos destacan, sin duda, Podemos y Vox. Puede tener relación este hecho con la edad de las personas que conforman estas nuevas formaciones. A nivel internacional, la presencia es más notoria a nivel de personalidades. El presidente Macron o el exvicepresidente y exministro de Interior del Gobierno de Italia, Matteo Salvini, son algunos de los que destacan.

Supongo que todavía es pronto para estudiar el impacto de estos nuevos estilos comunicativos en la conexión de las nuevas generaciones con las instituciones. Pero el desapego que suele citarse, quizás pueda tener su oportunidad en estos nuevos espacios digitales y sociales. Sí sabemos que los y las jóvenes están en Twitch y TikTok, quizás los mensajes sociales deban dirigirse a dichos espacios en lugar de repetir generalidades como que los jóvenes no tienen interés por nada. Porque por esa regla de tres, también cabría decir que quizás los que no tienen interés son las "instituciones serias" por los espacios digitales y sociales donde están los jóvenes hoy en día.

¿Veremos a futuro telediarios en TikTok? ¿Programas de sensibilización contra las fake news o los antivacunas? Quién sabe. Lo que parece claro es que estamos ante un nuevo marco de comunicación y diálogo social.