La tecnología ponible o tecnología corporal, ropa tecnológica, ropa inteligente o electrónica textil son dispositivos electrónicos inteligentes incorporados a la vestimenta o usados corporalmente, como implantes o accesorios, que pueden actuar como extensión del cuerpo o la mente del usuario. Esa es la definición de lo que conocemos comúnmente como wearables. Actualmente, esa tecnología se puede aplicar a cualquier tipo de prenda y complemento para facilitar la vida de las personas, ya sea para monitorizar su estado de salud, dar información sobre su trabajo, cargar el móvil, etc.

Seguro que si lo piensas llevas alguno de ellos o lo utilizas habitualmente: un smartwatch, una camiseta térmica que monitoriza tu pulso, unas plantillas que aportan calor... No nos sorprende ver y usar estos dispositivos, pero sí que es posible vestir de la cabeza a los pies con ropa y complementos inteligentes para convertirse en un auténtico ciborg.

Empezando por la cabeza, ahora que sigue haciendo frío, existen gorros con conexión Bluetooth al smartphone, que incluyen altavoces para escuchar música y control remoto para la lista de reproducción y volumen. Además, sirven como manos libres y con ellos se puede responder llamadas sin tener que coger el teléfono.

También para el frío, Xiaomi ha patentado un tipo de bufanda inteligente con sensores de temperatura y sistema de calefacción por infrarrojos, para conseguir un aporte de calor constante y homogéneo.

Partes de arriba

La misma firma lanzó a finales del año pasado una chaqueta dos en uno para combatir el frío y repeler el agua, que se puede utilizar conjuntamente o por separado. La han denominado la Xiaomi Cottonsmith Jacket. Una de ellas integra un sistema de calefacción que la calienta en tan solo un segundo al encenderla mediante un botón, y cuenta con cuatro niveles de temperatura. Se carga con una batería externa USB y se apaga automáticamente a las tres horas, por seguridad.

También existe un abrigo con calefacción de marca española. Se trata de Beston, que sirve para calentar y cargar el móvil. Ya hay disponibles varios modelos de cazadora corta para hombre, mujer y niño, además de chalecos calefactables. Muy pronto lanzarán la línea de abrigos largos.

De cara a la primavera, la mejor opción es Jacquard Tag, una prenda que surge de la colaboración entre Levi’s y Google. Está confeccionada con un tipo de tela denominado Interactive Denim, que permite conectividad inalámbrica y zonas táctiles. En una de sus mangas va incorporado un dispositivo Bluetooth que se conecta con el smartphone para hacer llamadas y controlar la música o el volumen, por ejemplo.

Y debajo, una camisa, camiseta o polo Sepiia. La firma española diseña y crea este tipo de prendas para hombres y mujeres antimanchas, que no dejan marcas de sudor y, además, son sostenibles. Son ideales para aquellas personas que van a trabajar en bici o son un poco descuidadas y propensas a mancharse.

Para las mujeres, también existen sujetadores inteligentes con varias funciones. Uno de ellos es Sense-U, que vibra para corregir la postura corporal. Por su parte, el de Soma smart-fit ayuda a encontrar el ajuste perfecto mediante una aplicación en el smartphone. Y para las deportistas está el OMbra de OMsignal, que monitorea la frecuencia cardíaca y respiratoria y notifica cuándo el cuerpo está listo para volver a practicar deporte.

Partes de abajo

En el caso de los pantalones, los hay también térmicos, aunque las empresas se han centrado en aquellos para hacer deporte, como Lumo, que comercializa la versión de pantalón corto para hombre y leggin para mujer. Ambos incorporan sensores para medir la forma en que pisamos y a la vez van aportando indicaciones para mejorarla y, en definitiva, mejorar la técnica de carrera. Por su parte, investigadores del Instituto Wyss de Harvard han diseñado unos pantalones robóticos que ayudan a caminar y correr para que la persona que los lleva se canse menos. La prenda detecta los movimientos de la pierna y aporta un pequeño impulso para ayudarnos a dar el paso con menor esfuerzo.

También se comercializan calcetines inteligentes, especialmente pensados para deportistas, como los que crea la marca Ekatom. La firma asegura que sus productos tienen características beneficiosas para quien los lleva, como que reducen el riesgo de lesiones y el periodo de rehabilitación, mejoran el rendimiento físico durante la práctica deportiva, mantienen la temperatura corporal o alivian el dolor musculo-esquelético, entre otros.

Y, por último, el calzado. Alumnos de la escuela preuniversitaria de la Universidad Nacional de Investigación Nuclear de Rusia han diseñado unos zapatos que indican el camino a quien los lleva. Se conectan con el móvil a través de una app y, cuando la persona introduce el destino, las zapatillas informan de la dirección. Si hay que ir a la derecha, vibrará el zapato derecho y a la izquierda vibrará el izquierdo. Además, calculan la distancia recorrida, las calorías quemadas y el número de pasos dados.

Para los mayores, el grupo francés Eram ha creado unos pares que notifican cuando la persona que los lleva se ha caído y envían su geolocalización.

Y ya tenemos todas las prendas para parecernos un poco al Inspector Gadget que ya en los años 80 contaba con numerosos gadgets para facilitarle la vida.

Más allá de la ropa

La compañía Neuralink va más allá y asegura que puede implantar dispositivos en el propio cuerpo, en concreto en el cerebro. Se trataría de unos hilos flexibles que ya han probado en un mono y que permitirían controlar un ordenador con la mente humana. El objetivo de esta tecnología también es investigar, monitorear y potencialmente tratar enfermedades neurodegenerativas, en caso de que finalmente pueda aplicarse a personas.