El certificado energético es ya una realidad en Euskadi. Antes de que concluya el año, el Gobierno vasco va a exigir que todos los edificios de viviendas dispongan de dicho documento, una herramienta que va a servir para que cada Comunidad de Propietarios conozca el diagnóstico energético de su edificio de cara a poder implementar medidas y obras con las que reducir el consumo y, con ello, su factura energética.

La normativa que parte del Decreto de Sostenibilidad que se aprobó en noviembre de 2020, a través del cual se establecía que los edificios residenciales de titularidad privada deben disponer de certificado de eficiencia energética antes del 31 de diciembre de 2022 como acción destinada a lograr el cumplimiento de Plan Nacional de Energía y Clima que establece para 2030 la rehabilitación de las viviendas en condiciones de eficiencia energética.

Para facilitar la realización de las obras de mejora que dicho certificado proponga, la ciudadanía cuenta con ayudas económicas de las instituciones que subvencionan a las Comunidades Propietarias de edificios y a las viviendas.

Como ejemplo, el Ayuntamiento de Bilbao ha dado a conocer recientemente una ayuda que se enmarca en la partida presupuestaria de 200.000 euros denominada Línea Verde. Ayudas a la Rehabilitación Energética de Vivienda, con la doble función de impulsar la auditoría energética de los inmuebles e incentivar la realización de pequeñas intervenciones en inmuebles de viviendas.

Estas ayudas se complementarán con las de los fondos Next Generation impulsados desde Europa cuya tramitación en Bilbao liderará Surbisa y que persiguen también reducir el consumo energético de las viviendas y con ello disminuir el costo de la factura.