La sobrecarga de una terraza deteriorada por la antigüedad es la hipótesis inicial a la que los expertos de los Bomberos y la Policía Nacional atribuyen el derrumbe que en la noche del jueves mató a cuatro personas y causó heridas a otras dieciséis en el bar-restaurante Medusa Beach Club de la Playa de Palma. El jefe de los Bomberos de Palma, Eder García, explicó ayer, primero de los tres días de luto decretados por el Ayuntamiento de la capital balear, que la combinación del sobrepeso con la mayor fragilidad de la estructura por el paso del tiempo podrían ser el origen del hundimiento de la terraza sobre la planta baja del restaurante, que a su vez cayó sobre el disco-pub del sótano.

Fuentes de la Policía Nacional señalaron que este planteamiento coincide con el de sus especialistas de la unidad Científica, aunque, igual que el jefe de Bomberos, recalcó que la investigación acaba de comenzar y que será preciso realizar análisis de materiales y comprobar si la edificación había sufrido alguna alteración que debilitara su resistencia. Sobre la posibilidad de que la terraza que se derrumbó pudiera ser un techumbre reconvertido, García insistió en que aunque cuando ocurrió el incidente “se utilizaba como tal”, hay que investigar si el local de ocio disponía de los permisos y licencias o no, al igual que hay que analizar “si se habían o no hecho reformas, algo que también se desconoce”.

Un portavoz policial subrayó que este proceso será largo y que contemplará tanto la revisión de la documentación relativa al edificio derrumbado como el estudio detallado por parte de los técnicos en arquitectura del Ayuntamiento de Palma.

Una bóveda de arenisca

El jefe de los bomberos describió de forma muy gráfica la alta ocupación que tenía el local cuando se produjo el desplome: “En una superficie de 20 metros cuadrados encontramos a 20 víctimas”, resaltó García, quien detalló que la bóveda que cedió y se vino abajo era de marés, piedra arenisca típica de Mallorca habitual en las casas que se construían hace décadas junto al mar.

Los fallecidos en el siniestro eran una trabajadora del establecimiento de 23 años natural de Nafarroa, dos turistas alemanas de 20 y 30 años y otro cliente de 44 años, senegalés residente en Palma. En cuanto a los heridos, siete siguen ingresados este viernes en distintos centros sanitarios, públicos y privados, de la capital mallorquina, y otros nueve fueron dados de alta.

Ninguno está en riesgo vital, según las últimas informaciones del Servicio de Salud y los Bomberos, que detallan que al menos catorce de los dieciséis son de nacionalidad neerlandesa.

El senegalés fallecido había salido del gimnasio y paró en el Medusa Beach Club a tomar un café, como hacía siempre, antes de irse a casa, según relató su amigo Adama, quien ha detallado que la víctima trabajaba como portero en una discoteca de la zona.

Diop, natural de Dakar, fue protagonista de un acto heroico en diciembre de 2017 cuando se lanzó al mar, en la misma Playa de Palma, para salvar a un bañista que se vio en apuros cuando nadaba y no podía salir del agua.

Algunas de las principales autoridades de Baleares se reunieron ayer al mediodía en la Plaza de Cort de Palma para recordar con un minuto de silencio a las víctimas y mostrar su apoyo a los heridos y sus allegados.

A la declaración de tres días de luto del Ayuntamiento, que luce en su fachada las banderas a media asta, se sumó el Govern balear con una jornada de duelo decretada para hoy. Instituciones, patronales, sindicatos y partidos políticos de Baleares se sumaron al alud de manifestaciones de duelo y solidaridad con las víctimas de la tragedia.