Bilbao - Por unanimidad. Doroteo Braceras, de 51 años y ganadero de profesión, fue considerado culpable de matar al abogado vizcaino Txetxu Ezkerra en febrero de 2012. Los nueve miembros del jurado popular no tuvieron dudas al considerar que golpeó al letrado por detrás con un hacha cuando este ya se encontraba inconsciente en el suelo tras haberle pegado previamente con un objeto contundente. Por el contrario, el jurado, por siete votos a favor y dos en contra, exculpó del crimen al segundo de los ganaderos, aunque sí le considera implicado en la ocultación y desaparición del cuerpo de la víctima, así como en el delito de incendio del vehículo.

Ambos hermanos permanecían en prisión provisional desde el 12 de marzo de 2012, aunque, tras el veredicto, el magistrado que preside la sala dictó ayer verbalmente el auto de puesta en libertad del menor de los hermanos declarado inocente. José Ángel salió ayer mismo de la prisión tras pasar dos años y medio entre rejas a la espera de la sentencia que dictará en los próximos días al magistrado presidente de la sala de la Audiencia provincial de Burgos. El juez Luis Antonio Carballera precisará la pena para ambos hermanos por daños intencionados, la indemnización para los familiares de la víctima, así como la pena correspondiente de Doroteo, que oscilará por asesinato con alevosía, entre los quince y veinte años.

El abogado de la acusación particular, Javier Beramendi, valoró el trabajo realizado por el jurado y destacó la manera en la que sus miembros llevaron a cabo el razonamiento para tomar la decisión. En este sentido, tras el veredicto, Beramendi dijo que “queda demostrado que Txetxu fue asesinado”. “Que José Ángel fuese exculpado de la muerte era una de las posibilidades que existía”, dijo. En este sentido, el abogado explicó que “desde el principio el relato de Doroteo estaba repleto de contradicciones. Sin embargo, ha quedado demostrado que el engañado fue Txetxu y no los ganaderos y que la víctima no tuvo ninguna opción para defenderse de su agresor”, relató el abogado de la acusación particular.

En el caso de Doroteo, los miembros del jurado entienden que hay pruebas indiscutibles aportadas por el sumario -la confesión del acusado, los informes médicos del forense, los vídeos y fotografías de los hechos, las pruebas periciales de ADN y los informes psiquiátricos- para hallarle culpable del asesinato de Txetxu. De este modo, el jurado considera que el letrado vizcaino “ante el sorpresivo ataque recibido por su agresor” no tuvo “ni tiempo ni posibilidad de reacción”, y por lo tanto, no pudo defenderse. A su juicio, Txetxu quedó inconsciente en el suelo “mientras que Doroteo le golpeó con un hacha”. Además, no le aplica circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, tras destacar que no actuó en legítima defensa ni influenciado por una intoxicación etílica grave ni por arrebato o enajenación mental.

En lo que respecta al menor de los ganaderos, la razón por la que el jurado ha decidido declararle inocencia es por la falta de pruebas fehacientes de que se encontrara con su hermano en el momento en el que se produjeron los hechos; “ni consta que haya tenido participación alguna en los mismos, ni en las acciones que causaron en Txetxu ocho lesiones graves”. Así, el jurado popular, por unanimidad, tampoco considera probado que los hermanos de mutuo acuerdo y de manera premeditada llevaran a cabo las acciones que acabaron con la vida del abogado vizcaino. Lo que sí determinó, también por unanimidad, es que ambos acusados estaban en plenas condiciones mentales en el momento en el que se produjeron los hechos, y no solo respecto al instante de la muerte del letrado. Consideran que los dos hermanos conocían y entendían las consecuencias de los hechos en todos los planos.

OCULTAR EL CADÁVER El cadáver del abogado vizcaino apareció en una sima de los montes de La Engaña, pertenecientes al término municipal de Sotoscueva. El jurado popular en su veredicto considera probado que el cuerpo de Txetxu fue ocultado por ambos hermanos, en una sima de difícil acceso y en un túnel con una pendiente pronunciada. Y añade que una sola persona no pudo llevar el cadáver hasta aquel lugar.

En las respuestas a un objeto de veredicto complejo, con cerca de medio centenar de puntos sobre los que se pronunciaron, el jurado considera que no se puede probar con certeza que José Ángel estuviera en el momento en que Doroteo golpeó a Txetxu. Sin embargo, coincide con la versión del fiscal en que el crimen debió ocurrir en algún lugar próximo a las localidades de residencia de ambos hermanos, y no en el pueblo abandonado de Berrandúlez, tal y como ambos ganaderos relataron en sus respectivas declaraciones durante la vista oral.

En lo que respecta al origen del conflicto que terminó con la muerte del abogado, el jurado considera que fue una aportación de 485.000 euros que Ezkerra gestionó para que ambos hermanos pudieron ejercer el derecho de retracto sobre una finca de Berrandúlez, aunque el jurado reconoció la imposibilidad de conocer los términos del contrato original que habían firmado y que desapareció.

En el acto de petición de penas, tanto el fiscal como la acusación particular solicitaron para Doroteo, como autor del delito de asesinato, una pena de veinte años de prisión y, en concepto de responsabilidad civil, la entrega de 250.000 euros a la esposa de Ezkerra y de otros 400.000 para sus dos hijos.

Tras el veredicto hecho público ayer por el jurado, será el magistrado el encargado de redactar la sentencia calificando los delitos pertinentes y estableciendo las penas que correspondan, según la ley y las indemnizaciones por responsabilidad civil. Será entonces cuando se cierre una historia que comenzó el 15 de febrero de 2012. El día en el que Txetxu no regresó a su casa.