La ciencia médica avanza a un ritmo vertiginoso, planteando dilemas éticos cada vez más complejos. Desde la clonación y la ingeniería genética hasta la eutanasia y los cuidados paliativos, las decisiones en el ámbito de la salud tienen profundas implicaciones morales y sociales.
En este sentido, la religión y la espiritualidad ofrecen marcos de referencia y valores que pueden iluminar estas cuestiones y orientar la toma de decisiones. Así lo destacan relevantes expertos internacionales reunidos en el marco del XVII Seminario de Biomedicina, Ética y Derechos Humanos, celebrado recientemente con el apoyo de la Fundación ASISA y de la Universidad Europea. “Al fomentar el diálogo y la reflexión crítica, ayudamos a enfrentar los desafíos éticos que plantea el mundo contemporáneo”, señala el médico y divulgador científico Pedro Gargantilla, quien considera que “la intersección entre la bioética, la religión y la espiritualidad es un terreno fértil para la reflexión profunda y el diálogo constructivo”.
Los profesionales de la salud, como médicos, enfermeros y trabajadores sociales, “se enfrentan a diario a dilemas éticos en su práctica clínica, por lo que precisan herramientas para reflexionar sobre los valores que guían sus decisiones y para comunicarse de manera efectiva con pacientes de diferentes creencias”, destaca el profesor de la Universidad Francisco de Vitoria. Según defiende Pedro Gargantilla, “la bioética no es sólo un asunto académico”, sino que tiene implicaciones políticas y sociales, por lo que resulta indispensable contar con ella para llevar a cabo “un debate público más informado y enriquecido, contribuyendo a la elaboración de políticas públicas más justas y equitativas”.
“El trato con las personas necesitadas de ayuda (pacientes, clientes o usuarios) sigue siendo una tarea de praxis comunicativa e interpersonal”.
Priorizar lo importante
En esta misma línea se expresa el profesor Fernando Lolas Stepke. Este relevante psiquiatra, que actualmente dirige el Centro Interdisciplinario de Estudios en Bioética del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Chile, llama la atención sobre un peligro actual, y es que “la automatización de los procesos administrativos y de atención sanitaria, en especial la irrupción de la racionalidad algorítmica, puede confundir a las nuevas generaciones y hacerles olvidar que el trato con las personas necesitadas de ayuda (pacientes, clientes o usuarios) sigue siendo una tarea de praxis comunicativa e interpersonal”.
“Los profesionales de la salud se enfrentan a diario a dilemas éticos”
En su opinión, es fundamental “explorar las relaciones entre discursos científicos y humanísticos, con el importante agregado de la dimensión de espiritualidad, que suele no ser suficientemente comprendida y tratada”.
En su charla destaca la importancia del diálogo permanente entre convicciones y expectativas de diversos grupos humanos, así como la trascendencia de la “Medicina antropológica”. Además, detalla algunas de las enseñanzas obtenidas a partir de su experiencia como funcionario de la Organización Panamericana de la Salud, miembro del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO y consultor de numerosas asociaciones profesionales en el campo de la ética.
Desde el altar hasta el quirófano
Aunque la relación entre la Medicina y la religión ha evolucionado a lo largo del tiempo, sigue siendo un factor importante que influye en las prácticas sanitarias y las creencias sobre la salud y la enfermedad. “Comprender esta relación histórica nos permite apreciar la complejidad de la experiencia humana de la enfermedad y la curación”, explica el profesor Pedro Gargantilla, quien recuerda que “la Medicina ha sido un puente entre lo divino y lo humano, un legado que aún perdura. De forma paralela, las religiones han desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de la Medicina, proporcionando un marco ético y espiritual para el cuidado de los enfermos”.
Durante el Seminario, Gargantilla ha realizado un recorrido por seis religiones clave y su conexión con la Medicina: mesopotámica, egipcia, hebrea, grecorromana, islámica y cristiana; “un recorrido desde el altar hasta el quirófano”. Y es que la Medicina y la religión han estado entrelazadas desde los albores de la civilización, formando un tejido complejo que ha influido en las prácticas médicas, las creencias sobre la salud y la enfermedad, y las actitudes sociales hacia el sufrimiento.