La Confederación Salud Mental España urge a las instituciones y administraciones a destinar más recursos para cuidar la salud mental de niños y adolescentes y métodos para prevenir, detectar y atajar el acoso escolar en las redes sociales, que se agravó durante el confinamiento.

Este martes, la Confederación ha publicado el informe sobre el estado de los derechos humanos en salud mental 2021, realizado a partir de consultas y demandas que recoge la asesoría jurídica de la Confederación. Según su responsable, Irene Muñoz, "el sistema chirría por muchos costados cuando se habla de atención emocional y problemas de salud mental en los menores", por lo que se apela a una mayor preparación de profesores y familias.

Muñoz, que coordina la Comisión de Derechos Humanos de la Confederación, advierte de que la pandemia no es la causa ya que "antes de ella había numerosas circunstancias que afectaban a la salud mental de las personas más jóvenes y tampoco se les prestaba atención, pero la covid-19 vino a reforzar ese malestar".

"La privación de movimiento y estimulación sensorial necesaria, unido en muchos casos a la pérdida de familiares, el miedo y la incertidumbre han tenido un efecto adverso en la salud mental de este sector de población", añade.

El documento hace hincapié en el agravamiento en el ciberacoso "más allá de los muros del colegio" y en la falta de preparación de profesores y familias que no se manejan bien en el ámbito digital por lo que la falta de conocimiento dificulta la prevención.

El informe recuerda que la Fiscalía General del Estado en su memoria de 2021 ya se refiere al aumento del ciberacoso en el confinamiento mientras que la Asociación Americana de Pediatría establece una relación clara entre ciberacoso y suicidio infantil y la OMS estima que entre el 5 y el 15 % de la población infantil presenta trastornos psicológicos.

La memoria de la Fiscalía apunta al riesgo que supone "la utilización masiva de niños y adolescentes en redes sociales para todo tipo de comunicaciones", situación, dice, que se agravó en pandemia "a medida que las tecnologías han encontrado en las medidas derivadas de la covid un perverso entorno facilitador".La perspectiva de género

Otra de las carencias que recoge el informe es la ausencia de perspectiva de género, en la medicina en general, y en la salud mental en particular.

Para Muñoz, la falta de perspectiva de género es la que permite, por ejemplo, ubicar en la misma planta de un hospital a los neonatos y a las mujeres a las que se ha extirpado el útero, sin tener en cuenta el impacto emocional que puede tener el llanto de un bebé en una mujer que no podrá tenerlos.

También alerta el informe sobre el aumento de consumo de tranquilizantes, el doble en mujeres que en hombres, y de antidepresivos, donde las mujeres consumen cinco veces más que los varones.