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Una vía verde de película a media hora de Bilbao

Un recorrido sencillo y accesible que conecta el pasado minero con el entorno natural del valle vizcaino

Una vía verde de película a media hora de BilbaoVía Verde de Arrazola

La Vía Verde de Arrazola es un recorrido peatonal de unos cinco kilómetros (diez ida y vuelta) que discurre por el trazado del antiguo ferrocarril minero que operó en la zona hasta mediados del siglo XX. El camino arranca en el barrio de Apatamonasterio y finaliza en la antigua estación de Errotabarri, atravesando el valle de Atxondo de forma lineal, sin apenas desniveles.

La vía está preparada para familias, ciclistas o paseantes ocasionales con grava compacta y cuenta con señalización continua, lo que la convierte en una ruta muy segura y sencilla de hacer. El camino recorre campos de cultivo, bosques frondosos y caseríos históricos, ofreciendo una imagen representativa de la Bizkaia más rural.

Historia del trazado

El origen del camino se encuentra en la línea ferroviaria que servía para transportar mineral desde las canteras del entorno hasta Durango. La vía se creó a principios del siglo XX y se utilizó para fines industriales durante varias décadas. Cuando se dejó de usar en los años noventa, el tramo fue transformado en vía verde y abierto para uso peatonal pero aún conserva varios elementos de su época minera tales como bases de raíles, una vagoneta minera restaurada y pequeñas construcciones vinculadas al tren.

¿Qué ver en la Vía Verde de Arrazola?

El recorrido tiene varios puntos destacados que hacen de esta ruta algo imperdible. Uno de los primeros es la estación restaurada de Apatamonasterio, que mediante un panel explicativo, contextualiza el origen de la vía. Más adelante, junto al río Arrazola, aparece un tramo con mucha vegetación autóctona y fauna local.

Después, cerca de Marzana, se pueden observar restos de construcciones del ferrocarril y caseríos tradicionales. Por ejemplo, uno de los caseríos más antiguos de Bizkaia, ya que tiene una inscripción de 1509 en la fachada. A mitad de camino se cruza un puente metálico sobre un pequeño arroyo, y poco después aparece un carro de madera tradicional, restaurado y expuesto como muestra etnográfica.

Al llegar a Arrazola, se encuentra la ermita de San Roque, un edificio de piedra que marca un punto de referencia antes del tramo final. Y en el final de la vía, en Errotabarri, bancos y mesas de descanso marcan el final del trayecto.

Accesibilidad y uso recomendado

Esta Vía Verde es muy accesible para prácticamente todo el mundo. Es adecuada para personas de todas las edades, y también es apta para carritos infantiles o personas con movilidad reducida. La ruta se puede completar en poco más de hora y media, dependiendo del ritmo y de las paradas. A lo largo del camino, además de al final, hay bancos y zonas de descanso bien distribuidas.

No hay fuentes ni aseos públicos, por lo que se recomienda llevar agua e ir con tiempo para aparcar en las calles cercanas al punto de inicio en Apatamonasterio.

Desde el final de la vía en El Tope, es posible seguir con el paseo por sendas rurales algo más elevadas, con vistas del valle y del monte Anboto. También hay caminos que conectan con otros barrios de Atxondo aunque sin señalización oficial como vía verde. Estas alternativas requieren mejor preparación y un calzado adecuado.

Un plan ideal

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La Vía Verde de Arrazola es una alternativa perfecta para un plan de medio día al aire libre. El lugar es accesible, está bien conservado y combina paisaje, historia e infraestructura recuperada.

No es una ruta difícil que vaya a costar hacer. Es un sendero sin apenas desnivel y totalmente tranquilo que nos permite un plan en medio de la naturaleza, algo que nos pide el cuerpo en ésta época del año.