Parte de la localidad turolense de El Cuervo y es una de las rutas senderistas más atractivas de todo Aragón y del Estado. Nos referimos al paseo por los estrechos del río Ebrón, que se divide en dos partes bien diferenciadas y discurre entre pasarelas y puentes, y zonas elevadas sobre un desfiladero en su recta final. Se puede cubrir en algo menos de seis horas.

La localidad turolense de El Cuervo no llega al centenar de habitantes, pero en su entorno ofrece al senderista una de las rutas más atractivas ligadas a la naturaleza más agreste. La ruta de los estrechos del río Ebrón comienza en los Chorros, a las afueras del pueblo, donde hay un merendero y un bar para coger fuerzas antes de comenzar.

Cogida la carretera, el senderista debe dirigirse hacia la ruta botánica, que discurre en casi su totalidad por las márgenes del río Ebrón y se divide en dos tramos, con el recorrido limitado por estacas de color rojo. En algunos tramos discurre por pasarelas y alguna zona de cuerdas.

Algunas fuentes aseguran que el itinerario, que se puede cubrir en algo menos de seis horas con parada incluida, no es aconsejable para niños de corta edad, debido a su longitud extensa, y tampoco para cicloturistas. Además, en época de aguas altas el recorrido por los estrechos puede resultar bastante dificultoso.

El paisaje que muestra la ruta es un barranco fluvial que ofrece dos orografías del terreno bien diferenciadas: una de ellas, junto a la ribera del río, y la otra, más agreste y escarpada, según ascendemos hacia Tormón y hasta la cascada de Calicanto.

A lo largo del camino aparecen diversos bancales para el cultivo, árboles frutales y según nos sumergimos en el barranco, su vegetación se vuelve más agreste, encontrándonos con especies como sabinas, enebros y carrascas.

La fauna está en aceptable estado de conservación, favorecida por el despoblamiento de la comarca. El azor, el águila culebrera, el ratonero, el gavilán, el búho real, el águila calzada o el común cernícalo son las rapaces más destacables. En cuanto a los mamíferos, son frecuentes el jabalí, el zorro, la jineta y el tejón.

Unos miradores

A la altura del merendero se puede realizar un pequeño desvío para desplazarse hasta unos miradores sobre el río Ebrón, caracterizado por sus aguas limpias y cristalinas.

El río ha formado una profunda y estrecha garganta donde, además de puentes naturales, existen pozas y pequeñas cascadas de gran valor paisajístico. Ello es debido a que su cauce discurre de manera transversal a la estructura general dada por las calizas del Jurásico fuertemente replegadas y tectonizadas en amplios pliegues. La ruta atraviesa espacios de protección especial como los Pinares de Rodeno y la propia cuenca del río turolense.