A nuestro aire o a través de la empresa Álava Medieval, Araba se abre al turista con su amplia oferta histórico artística en torno a su patrimonio, que va del casco antiguo y medieval de Vitoria-Gasteiz, conocido como Almendra, a sus cementerios, el santuario de Estibaliz, las misteriosas pinturas de Alaitza, Gazeo, Añua y Arbulo, o la riqueza patrimonial de Agurain.
Hoy nos quedamos en la capital y en su Almendra, cuyos orígenes pueden aprenderse en una visita diseñada para las familias. El casco antiguo conserva el trazado medieval en forma de almendra que le dieron hace más de ocho siglos, cuando Sancho VI El Sabio fundó la villa.
El centro histórico se asienta sobre una colina presidida por la catedral de Santa María. Inspiración de grandes escritores e importantes muestras de edificios góticos donde el tiempo se detiene, puede visitarse gracias al programa Abierto por Obras.
Junto a la catedral, las torres de las iglesias de San Miguel Arcángel, que preside la plaza de la Virgen Blancia, la de San Vicente Mártir, la última construida en la Almendra, y la de San Pedro Apóstol, adosada a la muralla baja de la ciudad, forman el perfil más conocido de Gasteiz.
Las calles de la capital alavesa recuerdan a los oficios artesanos que se asentaban allí: Correría, Herrería, Zapatería, Cuchillería, Pintorería... Dichas calles albergan los edificios más antiguos y singulares de la ciudad. Detrás de la catedral, por ejemplo, se encuentran el Portalón, una bella posada medieval de ladrillos, así como la Torre de los Anda.
En este paseo histórico, el turista se encontrará con dos fastuosos palacios renacentistas –el de Escoriaza–Esquivel y el de Montehermoso, convertido en la actualidad en centro cultural–, además de la Casa del Cordón, edificio de espectacular fachada; el Palacio de Bendaña, edificio que junto a otro anexo alberga el Museo Bibat que acoge los museos de Naipes y de Arqueología; la iglesia de San Vicente; el palacio de Villasuso y el mirador de los Arquillos.
