La militancia de Junts per Catalunya respalda por amplia mayoría el acuerdo firmado por la formación soberanista catalana con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez. Así, ocho de cada diez personas que participaron en la consulta interna llevada a cabo por JxCat durante el fin de semana -más concretamente, la cifra exacta fue del 86,1%- dieron sus beneplácito al pacto, mientras que el 13,83% votó en contra y hubo un 0,01% de votos en blanco. El partido del expresident Carles Puigdemont muestra de esta forma una unidad de acción entre la dirección -una reunión de su consejo ejecutivo ya valoró el pasado viernes muy positivamente la entente lograda con los socialistas- y las bases.

El proceso interno llevado a cabo por Junts -la participación fue de un 67% y tenían derecho a votar unas 6.000 personas- ha resultado ser el espaldarazo definitivo al giro que viene realizando el partido durante los últimos tiempos. La formación ha pasado de rehusar dar cualquier tipo de apoyo a PSOE o PP antes de las elecciones generales del 23-J a ver cómo, tras el paso por las urnas, se abría una ventana para colaborar de alguna forma con los socialistas. Han pasado de la confrontación más directa a aprovechar la situación para influir con sus siete escaños en el Congreso de los Diputados. Eso sí, lo han hecho defendiendo a capa y a espada la Ley de Amnistía -hecho que han logrado- así como la organización de un nuevo referéndum en un futuro no muy lejano. De hecho, estas dos son cuestiones capitales para JxCat. 

“¿Ratificas el acuerdo firmado en Bruselas entre Junts per Catalunya y el PSOE, en el que se establecen tanto las condiciones como los mecanismos para la resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado español y en el que plantearemos un referéndum de autodeterminación?”, ha sido la pregunta exacta a la que se han enfrentado las bases de Junts, y donde se pone el peso en la resolución del conflicto.

Cabe resaltar que el acuerdo firmado en Bruselas entre la plana mayor de Junts -Puigdemont a la cabeza, pero también el secretario general Jordi Turull tuvo una participación decisiva- y el socialista Santos Cerdán incluye literalmente que, “en cuanto al ámbito del reconocimiento nacional”, JxCat propondrá la celebración “de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya amparado en el artículo 92 de la Constitución”. Por su parte, desde el lado del PSOE, este partido “defenderá el amplio desarrollo, a través de los mecanismos jurídicos oportunos, del Estatut de 2006, así como el pleno despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Catalunya”. Es decir, que ni uno ni otro se baja de los requisitos que se habían prefijado anteriormente para encarar la negociación: ni Junts abandona la vía unilateral, ni los socialistas rompen con el modelo estatutario que propugnan.

Ataque cibernético

Lo cierto es que el voto afirmativo a la consulta interna -posición bendecida no solo por Puigdemont o Turull, sino también por otros destacados miembros como Laura Borràs- no ha estado exenta de problemas. No en vano, Junts anunció haber sufrido un ataque informático “coordinado desde diferentes países, durante el que se recibieron unas 70.000 agresiones planificadas”. En cualquier caso, la agresión cibernética que ya ha sido denunciada a la Agencia de Ciberseguridad de Catalunya- “no ha afectado el proceso de votación del acuerdo-marco con el PSOE, que discurre en otros servidores”, según aclararon desde la organización.

Puigdemont

¿Candidato? El secretario general de Junts, Jordi Turull, aseguró ayer que, antes de plantearse ser candidato cuando se aplique la amnistía, existe consenso en el partido en preguntar primero al expresident catalán Carles Puigdemont si quiere serlo. “Si quedo libre de la condena de inhabilitación, queda libre también el president Carles Puigdemont y, por tanto, a quien primero preguntaremos es a él. Creo que hay consenso sobre esto en el partido”, manifestó en una entrevista en ‘La Vanguardia’.