El exsecretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE), Nicolás Redondo, ha asegurado, en declaraciones a Europa Press, que no ha recibido del PSOE ni notificación de expulsión del partido ni de apertura de procedimiento por parte de la Comisión Federal de Ética y Garantías.

El PSOE anunció ayer que había expulsado al exdirigente socialista vasco bajo la acusación de "reiterado menosprecio" a las siglas del partido. Esta expulsión se ha producido después de las afirmaciones que ha realizado Redondo Terreros en las últimas semanas posicionándose contra una posible ley de amnistía y a favor de un acuerdo entre el PP y el PSOE para evitar que el Gobierno español tenga que depender de los independentistas y de un fugado de la justicia como es Carles Puigdemont.

Fuentes de la dirección federal del PSOE aseguraban ayer que el exsecretario general del PSE-EE "no hizo alegaciones para defenderse durante el proceso" por lo que se acordó su expulsión, que se ha materializado este mismo lunes. Incluso han insistido en que el procedimiento fue comunicado en varias ocasiones al afectado.

Sin embargo, Nicolás Redondo ha asegurado a Europa Press que no le han notificado la apertura de ningún procedimiento y que la primera noticia que tuvo fue la de ayer. De hecho, precisa que, dado que está en Madrid, un familiar pasó por su residencia de Euskadi y no consta allí ninguna notificación. "No tengo noticias de que hubiera procedimiento", ha recalcado, al tiempo que añadía: "al menos, que yo sepa".

No obstante, precisa que esta afirmación que ha hecho sobre el procedimiento "no es ningún reproche" y señala que no tiene intención de demandar al partido por este asunto. Otra cuestión es si decide recurrir la expulsión, decisión que aún no ha tomado, entre otras razones, porque según asegura, tampoco ha recibido la notificación de la expulsión.

Según señalaron ayer fuentes del PSOE, la decisión de expulsar al exsecretario general de los socialistas vascos se produjo el lunes y consideran que no es difícil de justificar porque sus declaraciones están "negro sobre blanco en la prensa de todo el país".

La semana pasada afirmó, en declaraciones a Europa Press que consideraba una "inmoralidad" formar gobierno con los apoyos del partido de Puigdemont porque el expresidente catalán huido de la justicia pretende "destruir el sistema del 78, romper la ciudadanía española y establecer una sociedad de privilegios y medieval".

Por ello, reclamó a su partido que diera un "no" rotundo al líder de Junts y no claudique de manera "genuflexa" ante un personaje que no ha tenido el valor de presentarse ante los tribunales.

Entre otras declaraciones a Canal Sur Radio afirmó que la Ley de Amnistía estaba hecha y a la espera del mejor momento para sacarla adelante. Por ello cargó contra el PSOE asegurando que está "famélico" tras perder poder autonómico y municipal y se mostró muy crítico con que la "única forma de mantener el chiringuito" sea estando en el Gobierno español aunque lo logren tirando por la borda la Transición.

En esa misma línea, el pasado 3 de septiembre, escribió un artículo de opinión en el que afirmaba que de aprobarse la amnistía no se haría por una reconciliación entre españoles sino "para obtener unos cuantos votos en el parlamento e ir tirando". "No será solo Sánchez y su camarilla; será el PSOE, todo y completo, el que en ese salto acrobático destruya lo que protagonizó", en referencia a las últimas décadas de democracia.

"Ni me deben ni les debo. Y con la libertad de tener la cuenta saldada puedo decir sin que me tiemble la voz que la formación de ningún Gobierno y menos las pretensiones de ninguna persona merecen el sacrificio de lo más apreciable que tenemos cada uno de nosotros: la dignidad", señalaba el texto.