Una investigación desarrollada por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y la Sociedad de Ciencias Aranzadi apunta como más probable la hipótesis de que el miembro de ETA Txabi Etxebarrieta fuera "ejecutado extrajudicialmente" por la Guardia Civil el 7 de junio de 1968.

Al cumplirse 54 años de la muerte de Etxebarrieta, sucedida horas después de que el propio Etxebarrieta cometiera el primer asesinato de ETA al disparar contra el guardia José Antonio Pardines, el historiador de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Javier Buces y el doctor de Derecho Procesal de la UPV/EHU Eneko Etxeberria presentaron ayer martes el informe de la investigación realizada sobre aquel acontecimiento. Con ellos comparecieron familiares de Etxebarrieta, en concreto su cuñado Kepa Ibaibarriaga y su sobrina Aitziber Ibaibarriaga, quienes contactaron con Aranzadi en 2018 para solicitar que investigase la muerte del militante de ETA.

Tras consultar archivos militares de la época y tener acceso a la autopsia y a varios testimonios aportados durante los años transcurridos desde el suceso, entre ellos los de Iñaki Sarasketa -el otro miembro de ETA que acompañaba a Etxebarrieta- y el de Eduardo Osa, quien les ayudaba a huir, los investigadores han llegado a la conclusión de que en dicha actuación policial se pudieron vulnerar los derechos humanos.

Los historiadores han constatado que las declaraciones de los guardias civiles que intervinieron en la operación de Benta Haundi, en Tolosa, donde murió Etxebarrieta, eran contradictorias y han comprobado que en la autopsia se describe un disparo recibido por la espalda, probablemente cuando el miembro de ETA estaba ya caído en el suelo o mientras caía.

Según detalló ayer martes Buces, los testimonios de la familia son más coincidentes con lo que muestra la autopsia que con la propia versión oficial, que habló de un enfrentamiento armado entre los etarras y los guardias civiles. "La madre y el hermano contaron que vieron discutir a un médico con un guardia civil en relación a cómo recoger el suceso en el informe forense. Esto puede tener que ver con lo escueto del informe, en comparación con el de Pardines" que era mucho más profuso y lo elaboró el mismo médico, según Buces.

Los investigadores recabaron en 2019 el testimonio de un vecino de Tolosa que trabajaba en un taller situado a 200 metros de donde sucedieron los hechos, quien refirió que "Etxebarrieta fue tiroteado en una situación de indefensión y no efectuó ningún disparo". No obstante, Buces admitió que, una vez visitado el lugar y comprobada la distancia desde la que el testigo observó los hechos, "puede que no presenciara la secuencia completa de lo sucedido".

Por su parte, el profesor de la UPV y exalcalde de Azpeitia por EH Bildu Eneko Etxeberria indicó que la hipótesis del disparo en la espalda no se investigó en su día, sino que la versión oficial estableció que los guardias se vieron obligados a disparar: "Pero aunque hubiera un enfrentamiento, nada explica el disparo en la espalda". A su juicio, no hubo una investigación adecuada, lo que ya implica una vulneración de derechos humanos.

Tras elaborar dos hipótesis, la oficial y la alternativa -que consiste en que la Guardia Civil disparó a Etxebarrieta cuando se encontraba indefenso- el informe se inclina por la segunda. "A pesar de que pudo haber un enfrentamiento armado, a pesar de que Sarasketa, Osa y Etxebarrieta presentaban un riesgo para los agentes gubernativos, existen altas probabilidades de que lo que sucedió hace 54 años allí, en ese cruce de caminos de Benta Haundi, fuera una ejecución extrajudicial", indica Etxebarria".

Así, los investigadores recomiendan que se estudie la posibilidad de reactivar una investigación oficial sobre estos hechos y que tenga en cuenta la posibilidad de que se trate de un delito de lesa humanidad, no amparado por la amnistía de 1977. Tras recordar que no se ha reconocido a Etxebarrieta oficialmente como víctima de vulneración de derechos, los investigadores recomiendan enviar el nuevo estudio a la comisión de valoración del Gobierno vasco, ante la que ya han declarado los familiares de Etxebarrieta, para que determine si fue o no víctima de la violencia policial.