Xabier Tolosa (Anoeta, 1995) sonríe y se seca el sudor de la frente. El Campeonato de Parejas, un maratón, una cizalla, un potro de tortura, le mira a los ojos con frenesí. Hace un viaje al pasado: en 2022 inició su primera comparecencia en Primera como titular con 26 años, un debutante veterano, junto a Joseba Ezkurdia. Resumen: catorce semanas de sufrimiento y un solo objetivo, entrar en el play-off. Los datos: doce semanas en el farolillo rojo y una esperanza, permanente con la calculadora en la mano. Su gran final de liguilla se tradujo en una montaña rusa en Zalla: 93 minutos de agonía y éxtasis. Remontada ante Urrutikoetxea-Aranguren, rivales directos. 20-22 tras levantar un 12-6 en el primer descanso largo. Objetivo más que cumplido. Resurrección.
“Era mi primer año y era todo nuevo para mí. No tenía esa experiencia que se requiere para dar un buen nivel”, asegura el zaguero de Aspe, quien reconoce que “me tuve que acostumbrar al ritmo y a la tensión, porque todos los puntos son importantes. Gracias a todas las vivencias con Joseba soy una versión mejorada de mí mismo. Ezkurdia me ayudó mucho”. Xabier Tolosa 2.0. Evolución. Es el camino.
“El primer partido contra Altuna III fue en benjamines. Sé lo que va a hacer en todo momento”
Vuelta a la actualidad: Jokin Altuna y el anoetarra, con siete puntos en su casillero en diez partidos, se mecen en la segunda plaza del Parejas. Este domingo disputan un partido importantísimo ante Unai Laso y Ander Imaz en el frontón Astelena de Eibar, a partir de las 17.00 horas. La cita es vital, pues los de Aspe aventajan en un triunfo a sus competidores y de ganar, acariciarían el premio de entrar a las semifinales sin pasar por el trance del play-off. Su sonrisa brilla aún más cuando se destaca que pocos esperaban que el dueto, quizás el más modesto del bando de Aspe, diera un nivel tan mayúsculo –“confiábamos en nosotros mismos”, dice el zaguero–.
El gran salto
Ha cambiado la vida para Tolosa. Como de la noche al día. “En lo técnico no creo que haya dado un gran salto. Soy el mismo. En 2022 sufrimos y al final de la segunda vuelta salimos de la situación oscura. Eso nos hizo más fuertes”, sostiene el guipuzcoano, quien reflexiona que “en lo que más he cambiado, o lo que más me ha enseñado Altuna III, es en cómo calcular o cómo gestionar los entrenamientos durante la semana. Fíjese, el año pasado nos ejercitamos bastante más”.
“Según el zaguero contra el que jugamos, Jokin me dice en qué jugadas va a ir hacia delante y me toca estar más atento o cuando busca el dos paredes y hay que estar dispuesto en el ancho, por ejemplo. Ese tipo de jugadas ayudan a ganar partidos”
Jokin es un año más joven que Tolosa, pero tiene más experiencia. Gozan del beneficio del pasado. Ambos provienen de la misma fábrica, la del club Zazpi Iturri, y del mismo artesano, Xalton Zabala. Por el torno también pasaron profesionales como Iker Irribarria, Erik Jaka o Xabier Erostarbe. “Nuestro primer partido en contra fue en categoría benjamín. Sé en todo momento qué jugada va a hacer”, rememora el anoetarra. Esas horas de vuelo de su compañero de fatigas, no obstante, se traducen en una lectura más fácil de los partidos. “Es esencial llevar el partido trabajado de casa. Antes de las elecciones de material, por ejemplo, hablamos sobre lo que vamos a elegir. Después planeamos la estrategia. Eso ayuda, sobre todo, en la compenetración de la pareja”, descubre Tolosa.
Los pies en la tierra
En definitiva, engrasan la maquinaria de la pareja. “Según el zaguero contra el que jugamos, Jokin me dice en qué jugadas va a ir hacia delante y me toca estar más atento o cuando busca el dos paredes y hay que estar dispuesto en el ancho, por ejemplo. Ese tipo de jugadas ayudan a ganar partidos”, recita el manista guipuzcoano.
Tolosa es un pelotari tranquilo y duro. Ha forjado su carácter en nueve campañas en el profesionalismo, peleando por sacar la cabeza. “Sabemos que Altuna es un pelotari que opta a todas las txapelas y hay que dar el callo. Quizás la prensa se centra más en él, pero Jokin es consciente de que mi papel es fundamental y me lo agradece”, cuenta Tolosa. El trabajo duro está hecho. Solo cabe volar. “Si sacamos el punto ante Laso e Imaz, no aseguramos la segunda plaza. Tenemos los pies en la tierra”, zanja.