El skater de 14 años que se proclamó el pasado domingo campeón de la Copa del Mundo en la modalidad de park, Egoitz Bijueska, ha regresado a casa tras dejar su nombre en lo más alto en el mundial celebrado en Ostia, Italia. Lejos de conformarse con este impresionante logro, la joven promesa ya mira al futuro con ambición y determinación: “Mi objetivo a largo plazo es conseguir clasificarme para los Juegos Olímpicos de 2028 y ganar la medalla de oro”.
Apenas unas horas después de aterrizar, Bijueska ha cumplido con el compromiso de atender a los medios de comunicación en la sede de Basque Team, arropado por la presencia de sus padres. “Aún sigo sin creérmelo”, confiesa el bilbaino, cuyo desparpajo en la tabla, como es habitual en deportistas de su edad, contrasta con su humildad y naturalidad frente a las cámaras. “Sabía que tenía que arriesgar en la ronda final, así que lo di todo”, explica con una sonrisa.
Un estilo de vida
El reciente campeón mundial también ha ofrecido a los medios una exhibición de trucos con su skate, del que no se separa desde que en 2017 su padre, Ibon, le apuntó a una academia en Berango. “Para mi hijo el skate lo es todo. Comenzó siendo un hobby, pero se ha acabado convirtiendo en un estilo de vida”, asegura su progenitor.
La vida de aquel niño que practicaba en los skateparks de Bizkaia ha dado un giro de 360 grados tras lograr un hito insólito para su edad. Sin embargo, Egoitz no se conforma, y ya piensa en los próximos Juegos Olímpicos, a los que llegará con 17 años. Aunque se quedó a las puertas de los de París, esa experiencia no hizo más que reforzar su motivación.
Ahora mismo vive con la cabeza en las nubes, pero con los pies en la tierra. Egoitz continuará entrenando y compaginando su pasión con los estudios. Su historia ya inspira a una nueva generación de skaters que ven en él un ejemplo de constancia, pasión y talento precoz. En su entorno todos coinciden: esto es solo el inicio de una carrera destinada a dejar huella en la historia del skate en Euskadi.