Cameron Smith es el nuevo Campeón Golfista del Año tras la edición más especial de The Open en la que se conmemoraba la 150 edición del torneo en Saint Andrews, la cuna del golf, y que dejó una victoria histórica del australiano, que remontó cuatro golpes de desventaja ante Rory McIlroy y Viktor Hovland en una jornada en la que ofreció una exhibición de precisión y sangre fría porque hizo ocho birdies sin fallo, seis en los últimos nueve hoyos, para superar en el tramo final a McIlroy, que estuvo correcto, pero no atinó en los greenes. El jugador de Melbourne suma su primer major en el mejor escenario posible y se convierte en el segundo jugador que gana The Players y The Open en Saint Andrews en el mismo año después de Jack Nicklaus. Además, el 20 bajo par de Smith es el registro ganador más bajo en el legendario campo escocés y por primera vez los cuatro majors son ganados en el mismo año por jugadores menores de 30 años. La victoria del aussie no admite discusión porque solo ha hecho tres bogeys en toda la semana y le coloca en el pedestal de los grandes. 

Jon Rahm acabó en el puesto 34 con siete bajo par en el acumulado después de una jornada que fue reflejo de toda la semana: mucha lucha y buen juego de tee a green, pero poco acierto en el putt. En el hoyo 3 tripateó desde siete metros e hizo bogey; en el 4, otro tripateo le costó un doble-bogey y todas sus opciones de acabar en una posición destacada. Después, como es su costumbre, siguió porfiando y logró cerrar el día en dos bajo par al lograr embocar algunos buenos putts. 

El triunfo de Cameron Smith tiene también un cierto trasfondo porque ningún australiano se llevaba The Open desde que en 1993 lo hizo Greg Norman, el hombre que como cabeza visible del LIV Golf ha puesto el mundo del golf patas arriba. Eso se notado en Saint Andrews donde el jugador más apoyado, al margen de Tiger Woods, ha sido McIlroy, quizás el jugador que más claramente se ha posicionado contra el proyecto saudí. Pero la desconfianza y las sospechas, incluso entre golfistas que alardeaban de amistad y buena relación, se extienden por las campos. Sergio García comunicó ayer su decisión de abandonar el Circuito Europeo “porque quiero jugar donde me sienta querido”. El castellonense denunció que ha habido cierta hostilidad hacia los jugadores que, como él, han decidido disputar el LIV Golf.

Jon Rahm, que tiene formación americana y mentalidad europea, se ve entre dos aguas y ayer domingo volvió a ser preguntado al respecto. El de Barrika pidió que los comisionados del PGA Tour y el Circuito Europeo y Greg Norman “logren sentarse y llegar a un acuerdo. Espero que esto no dure mucho y haya cierta paz, porque hace falta”. Las palabras de Rahm revela este estado de crispación y división en el que ha entrado el golf mundial y que pone en peligro la joya de la corona, la Ryder Cup, “el motivo por el que mi familia y yo y mucha gente juega al golf”. Los jugadores del LIV Golf pueden quedarse fuera del torneo y, en concreto, eso afecta a García, el jugador que más puntos ha dado a Europa. “Que a Sergio, que ha tomado una decisión personal y lleva 23 años en el circuito europeo, le den la espalda no me parece bien. Y que no pueda jugar la Ryder ya me jode más. Respeto las decisiones que han tomado, los que se han ido a LIV Golf no lo han hecho para dar la espalda a nadie, se están yendo a otra oportunidad, con más dinero, está claro, pero otra oportunidad”, manifestó Jon Rahm. 

Y se habla de que el LIV Golf podría captar, precisamente, a Cameron Smith como máximo exponente del golf australiano, lo mismo que Hideyi Matsuyama o Haotong Li, que abriría al golf saudí los mercados japonés y chino. “El LIV Golf no va a dar pasos atrás. Han venido para quedarse y habrá que encontrar una solución”, concluyó Rahm.