Los líderes de la Unión Europea trasladaron este miércoles a sus homólogos de los Balcanes que la adhesión al bloque es “una posibilidad realista que debe aprovecharse”, en un momento en que la guerra en Ucrania ha reforzado la visión geoestratégica de la UE.
Tras la cumbre celebrada en Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, señaló que, más allá de las cuestiones técnicas, es necesario tomar una decisión política: “entre permanecer atrapados en el pasado o avanzar hacia un futuro común en la UE”. Costa instó a la reconciliación y cooperación en los Balcanes, subrayando que solo superando el pasado estos países podrán contribuir a la estabilidad, prosperidad y unidad de la Unión. “El camino no será fácil. Algunas reformas serán difíciles, pero valen la pena. Y creo que nuestros socios están comprometidos a cumplir”, afirmó.
“Compromiso pleno e inequívoco”
La declaración de la cumbre destacó el “compromiso pleno e inequívoco” con la perspectiva de adhesión de los Balcanes: “El futuro de los Balcanes está en nuestra Unión. La ampliación es una posibilidad realista que debe aprovecharse”. El documento fue suscrito por todos los líderes participantes, excepto Serbia, que no acudió a la cita, y resaltó el nuevo dinamismo y los avances logrados en la senda comunitaria, señalando que acelerar el proceso beneficia a ambas partes.
El comunicado subraya que la ampliación es una inversión geoestratégica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad, y pide a los países balcánicos intensificar las reformas mientras la UE refuerza su preparación interna.
La importancia de la estabilidad en los Balcanes
Previo a la cumbre, el canciller austriaco, Christian Stocker, destacó la importancia de una situación estable en los Balcanes, afirmando que la UE debe llenar el vacío geopolítico en la región antes que otros actores. Stocker señaló que Montenegro y Albania tienen las mejores perspectivas de convertirse en miembros próximamente.
El primer ministro croata, Andrej Plenkovic, abogó por avanzar hacia la adhesión con toda la región y no limitar los progresos a Ucrania o Moldavia, señalando que sería incoherente acelerar algunos candidatos mientras otros avanzan paso a paso.
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, defendió que la ampliación es la mejor estrategia para la estabilidad geopolítica y subrayó la necesidad de reformas internas en el bloque, dado que “lo que funciona para 27 no funcionará para 32, 33 o 34 miembros”.
En contraste, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, insistió en que Serbia es clave en la región y denunció el trato que recibe de Bruselas, reclamando priorizar su adhesión: “Sin Serbia, no se puede hacer nada. Lo que ocurre aquí es vergonzoso”.
Desde los países balcánicos, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, reivindicó los avances de Pristina hacia la UE y advirtió que la rápida integración de la región impediría los planes de Rusia de desestabilizar los Balcanes. Osmani acusó a Serbia de actuar como proxy del Kremlin y recalcó que la UE no debe abrir sus puertas a países que no se alineen con los valores comunitarios. Por su parte, Montenegro, el país más avanzado en el proceso de adhesión, reiteró su objetivo de ingresar en la UE en 2028, esperando que el próximo año comience la redacción del tratado de adhesión, un paso crucial hacia la membresía plena.