BILBAO. -Los protagonistas de la finalísima, los jugadores con mejor papel en este torneo, el filipino nacionalizado estadounidense So -número 10 del ránking FIDE a finales de octubre- y el ruso por nacimiento en San Petersburgo y con pasaporte holandés Giri -noveno en la lista mundial-, comparecerán en el último acto de la Final de Maestros sin que los expertos y ellos mismos tengan un favorito.

Los dos encuentros de la ronda 5 jugados en el Teatro Campos Elíseos de Bilbao, terminaron con sendos empates, por lo que el indio Viswanathan Anand no podrá renovar el título ganado en 2014 y Liren Ding igualmente queda apartado de tal posibilidad.

Anand (b)-So (n). Variante aguda de la apertura Inglesa llegando a posiciones semicerradas. El peón negro en d7 quedó en estado quebradizo. So se marcó como primer objetivo una ventaja temporal merced a su caballo negro en d4 por lo que salió bien librado de la apertura.

El jugador indio Anand condujo sus peones por el tablero, pero su avanzadilla, sin el obligado respaldo de las piezas, fue frenada por el contrajuego agresivo del rival.

Al empate llegaron después de un final de rey, dama y peón por cada color, si bien el estadounidense tuvo de su lado un segundo peón negro, situación de precedida de una pugna de torres que exigió mucha reflexión y precisión táctica. Total de juego, dos horas 55 minutos.

Giri (b)-Ding (n). Cruzaron peones y piezas a partir de una Rui López o Española por la senda de una intrincada variante de nombre Breyer.

El chino Liren Ding, que ha confesado en Bilbao que utiliza el baloncesto para unos mínimos de forma física "porque en China es más fácil dar con gente que juegue basket que fútbol", tuvo la iniciativa en un encuentro rico en estrategia.

Su debilidad en la estructura de peones negros la compensó con creces por la importante actividad de sus piezas y aunque perdió el control del flanco de Rey, Ding tuvo buen contrataque y se atrevió con un golpe táctico (torre d2) en la retaguardia de Giri.

Después de un final de torres, técnicamente difícil de resolver a favor de uno u otro, en la jugada 42 firmaron las tablas a las dos horas de competir.

"Yo nunca sentí peligro", manifestó Ding en la sala de análisis. "Yo no ví como tener una ventaja clara y estable", afirmó su rival.