Qué bonito suena y cómo nos gusta. Distintos, diferentes y únicos. En los últimos días, por la pinta, no somos tanto eso. Capaces de llenar los márgenes de la ría para asombrar al mundo, pero incapaces de ponernos de acuerdo en una grada creada para engrandecer aún más nuestra maravillosa historia. El lugar elegido para llevar en volandas a los leones ahora es motivo de discusión y lo peor es que el campo está en silencio. Quién nos lo iba a decir a nosotros, a los del Athletic.

Curiosamente, está sucediendo todo esto en uno de los mejores momentos en lo deportivo del equipo rojiblanco. Sin dudas, sin apreturas clasificatorias. Cuando todo está dispuesto para disfrutar, solo nosotros nos metemos en este kilombo que dicen los argentinos. Y desde fuera aplauden viendo cómo discutimos entre nosotros. Qué gran error. Qué alegría para los que no nos quieren.

Hay que poner fin a este despropósito. Las partes tienen que sentarse desde el respeto. Si hay algo que estos días más han dolido son las faltas de respeto y amenazas. Cualquier actitud así elimina razones si las hay. Se nos llena la boca diciendo que para nosotros no hay nada más importante que el Athletic y da la sensación que es palabrería barata. El equipo necesita más que nunca el apoyo de sus hinchas y ha tenido que salir un jugador a decirlo alto y claro para que se precipite todo.

El fútbol debe volver a su ser en nuestra Catedral y esto es cosa de todos. Reivindicaciones a un lado debemos centrarnos en dar a los jugadores ese plus desde la grada. Obviamente, hay que solucionar los problemas, si no se hace, más adelante sucederá lo mismo. Aitor Elizegi, uno de los padres de la grada de animación, pidió ayer en los micrófonos de Onda Vasca acuerdos y respeto. Es el momento.

Los de fuera no jugamos, pero sí ayudamos. Un San Mamés en ebullición suma muchos puntos y da clasificaciones. Lejos de hacer de jueces en este momento, unamos fuerzas y contribuyamos a que los leones sientan que no están solos y que detrás de ellos está el aliento de 50.000 hinchas que los levantan en los malos momentos y los jalean en los buenos. Ganas de fútbol y buen ambiente. De goles y victorias. De abrazos y ovaciones. Somos el Athletic, unique in the world.