Siempre nos pasa lo mismo, arranca la competición y cuando empezamos a entrar en la normalidad de los partidos jornada a jornada, llega el primer parón. Si además te vas al mismo tras la derrota, todo se hace eterno. Los días pasan lentos y hasta la siguiente jornada casi te olvidas de los cuatro anteriores. En este caso, casi mejor, no ha sido el arranque deseado. Aunque bien es cierto que, perfectamente, se podía tener algún punto más en el casillero.

En estos momentos el argumentario pasa por decir que todos estos entrenamientos entre partido y partido le viene fenomenal al equipo para afianzar conceptos y, sobre todo, recuperar a futbolistas que estaban lesionados. No cabe duda de que en lo que al Athletic se refiere es tal cual. Es verdad que hay jugadores y jugadores, pero uno concretamente es deseado por toda la afición, Iñigo Ruiz de Galarreta. Su protagonismo e importancia la pasada temporada le catapultaron a ser del agrado de la práctica totalidad de la grada. Nadie discute su liderazgo y eficacia y buen hacer en los partidos en los que estuvo en el campo. Lástima las lesiones que le dejaron fuera de los terrenos algunas jornadas. El equipo le echa de menos y ansía verle de nuevo. Su aportación se antoja muy necesaria para volver a encontrar la fluidez demostrada en el juego la campaña anterior.

Si los de fuera estamos deseosos de verle imaginaos Ernesto Valverde. El técnico ha ido dosificando esfuerzos en esa parcela ancha y no me cabe la menor duda de que uno de sus preferidos es Iñigo. Dicho esto y tras la semana que estamos viviendo, su participación el domingo parece más que probable. La lectura del juego, la agresividad, pero, sobre todo, su clarividencia a la hora de conectar con los de arriba es obligatoria para lo que el míster quiere. El suministro a los de arriba es vital para un equipo que juega a una velocidad muy complicada de defender para sus rivales.

Aunque estemos en la quinta jornada, el de Las Palmas es un partido muy importante. Volver a sumar de tres y demostrar fuera de casa que se puede ganar para estar arriba se antoja necesario. Antes del Valencia hablábamos de necesidad y no de urgencia. Pues bien, en estos momentos la cosa se mezcla. Sobre todo, porque en muy pocos días hay dos partidos fuera de casa y tras ellos otra tanda importante de encuentros tanto en liga como en Europa League que pueden dejar una imagen bastante clara de cuál es el estado del equipo y por dónde pueden ir los derroteros de los rojiblancos. Obviamente, no será definitivo, pero sí muy significativo.

El fondo de armario va a ser determinante, motivando que el nivel no baje en función de quién esté en el campo. Todo esto lo vamos a ir comprobando en estas fechas que se nos vienen encima. Ayer conocimos la lesión de Yeray, una auténtica pena. La llegada de Nuñez hace que este percance no sea tan grave, pero el de Barakaldo había sido titular en el comienzo bien por Vivian o por Paredes. Justo cuando enlazaba varios partidos y la forma empezaba a atisbar para él, llega este contratiempo. Ánimo, Yeray.

Esta misma semana hemos conocido que los socios del Athletic han comprado en masa el bono para los partidos europeos. Había muchas ganas de recibir a equipos de otras ligas y viajar por el continente. Está claro que jugar la Europa League lo consideramos un premio para todos. El esfuerzo físico es gigantesco, pero creo que merece la pena. Las semanas se nos van a hacer muy cortas y no vamos a parar de analizar un partido tras otro. Qué gozada.