El cierre del curso pasado pesa demasiado en la memoria de los aficionados rojiblancos. Eso y que la pretemporada no ha sido brillante ha llenado de incertidumbre el panorama del Athletic a escasas horas del arranque de una nueva temporada. Es muy difícil encontrar athleticzales optimistas en los últimos tiempos. Es cierto que hasta que no comience esto, no podemos, para nada, hablar de certezas. Es todo muy raro, tanto que muchos equipos hasta última hora no han podido inscribir futbolistas importantes de sus plantillas. Los leones tienen dudas, pero no son los únicos.

Los mercados no son lo que eran para los dirigentes de Ibaigane. La posibilidad de captar futbolistas de otros equipos cada vez es más lejana y, sin embargo, los marrones se acumulan. Las noticias llegan más en forma de salidas que de llegadas. Precisamente, es por ahí donde vemos la dificultad que se tiene para competir cada campaña al máximo nivel. Los jugadores no salen a equipos de campanillas, qué va. Las colocaciones son complejas y pese a valorar el trabajo hecho en Lezama, el fútbol actual hace muy complicado encontrar acomodo en equipos que en otros tiempos te recibían con los brazos abiertos. Lo deportivo pesa, pero lo económico también. La intención es que los clubes que reciben al futbolista paguen la ficha o una parte muy importante de la misma y este escollo es prácticamente insalvable, para los clubes convenidos, imposible. La obligación de jugar por contrato también complica algunas operaciones.

Sobre lo de la ilusión habría mucho por escribir. Un par de partidos buenos y adiós a la pretemporada y a la ausencia de novedades. Esto va de eso, jugar, ganar o dar buena imagen y otra vez nos montamos en la montaña rusa de las emociones. Los entrenamientos son una cosa y la competición otra muy distinta. Muchos jugadores brillan entrenando y se apagan en cuanto la pelota se pone a rodar. Una de las cosas que más me gusta de empezar la liga es que nos centramos en el balón y dejamos de lado los despachos. Ojo, no es que no me interese esa parte, por supuesto que me importa, pero sí creo que los dirigentes actuales deberían hacer más caso al verde y menos a los balances. Lo importante en este juego son los futbolistas y los cuerpos técnicos, y es aquí donde debemos ver el dinero.

Dejemos en manos de los protagonistas el desenlace de los primeros envites de este nuevo reto. Nos pongamos como nos pongamos serán ellos quienes determinen si la falta de ilusión era motivada o no. Debemos volver a creer, si nosotros no lo hacemos, nadie lo hará.