UN clásico desde la llegada de los ordenadores, perfectamente trasladable al Athletic. Quizás muchos equipos lo vean así también, pero para nosotros es casi el pan nuestro de cada día. Nuevo proyecto, nuevas ilusiones, nueva junta directiva y presidente, otro entrenador y cuerpo técnico, pero eso sí, muy pocas novedades en la plantilla. A partir de aquí, las situaciones se repiten y quien más quien menos cree en aquello de “esto ya lo he visto”. Vamos, un copia y pega de libro. 

No es fácil, que va. Cambiar dinámicas es muy complejo. Solo se consigue en la mayoría de los casos rotando mucho la plantilla y en nuestro caso, esto es una misión imposible. Había quien tras tres partidos aventuraba un cambio de estilo fundamentado en el dominio de la posesión y en el manejo de los partidos con absoluta solvencia. Claro, lo que no se contemplaba es la entidad de los rivales y el poco tiempo que había tenido el míster para ordenar las piezas. Esto no pasa de un día para otro. Es mucho más complicado.

La fogata de la ilusión la alimentaban los datos de las tres primeras jornadas en cuanto a puntos se refiere y todo el mundo se ponía el disfraz de amante del fuego para que aquello no parase de arder. Los más optimistas entendían que este arranque con cero goles en contra invitaba a pensar que los que estaban podían valerse ellos solos para tirar esta campaña adelante, sin contar con futbolistas que no habían participado aún por lesión y que han sido capitales en temporadas anteriores. Vamos, que los árboles les impedían ver el bosque.

El fútbol no tiene memoria pero de ahí a eso. En un club como el Athletic no se puede ser cortoplacista y menos, rencoroso. Los mejores deben estar en el campo, no se puede decir que somos diferentes y en cuanto algo no nos cuadra, verles con otros ojos. Volviendo a lo acontecido ante el Espanyol, ni hace dos días todo era una maravilla ni ahora el equipo es justo. Este grupo tiene estas cosas y ya pueden venir Pep Guardiola o Jurgen Klopp, que poco diferente lo van a hacer a Marcelino o Valverde. Txingurri es un gran técnico y el Athletic está en muy buenas manos. Quizás debamos rebajar expectativas y pensar en lo de partido a partido. Las cuentas de la vieja hacen un daño tremendo.

La apuesta del técnico es arriesgada, dependiendo del rival y seguro que lo estará valorando. El calendario era y es un punto de apoyo importante para creer en un buen arranque, pero no es menos cierto que transcurridas cuatro fechas, ya sabemos dónde están los problemas. El más importante viene de atrás, el gol. No es nuevo, copia y pega. La novedad viene en el centro del campo, y la pregunta es si la dupla Vesga-Sancet será capaz de aguantar contra equipos más dominadores. Yo sinceramente tengo serias dudas. Aquí es donde el equilibrio ataque-defensa está en duda. El tiempo nos resolverá las dudas. Vaya por delante que ojalá acierte el entrenador.