ICE Fernando Simón que las comunidades autónomas no deben tomarse la desescalada como una carrera, pero no ha dicho nada de los ciudadanos así que hoy veremos más de una yincana para tener mesa en las terrazas, que de golpe hemos descubierto que son uno de nuestros bienes más preciados. La fase 1 viene con un café o una caña, o ambas, bajo el brazo. También llega con las reuniones, que es fácil caer en la tentación de denominar encuentros en la primera fase, una comunicación con personas a las que el cofinamiento ha convertido en seres tan difíciles de ver como los extraterrestres de la icónica película de Steven Spielberg. La advertencia, sin embargo, es clara: esto no ha terminado. Queda un buen trecho del camino antes de dar carpetazo a la crisis sanitaria y me temo que los próximos dos años serán muy sensibles desde el punto de vista económico. La patronal, que sabe mucho de esto porque tiene un máster en contratación de personal y otro en despido, ve imposible que conserven el puesto todos y cada uno de los 3,5 millones de trabajadores que están en limbo de la suspensión temporal de empleo, los manidos ERTE. Y el director de Lanbide, Borja Belandia, anuncia que el sistema público vasco de empleo se prepara para atender las necesidades de formación del aluvión de parados con bajo nivel de estudios. Vienen tiempos difíciles, habrá que seguir quemando fases y esperar que los encuentros en la tercera fase tengan lugar en un escenario más optimista.