LA suya es la magia más eficaz, muy alejada de los grandes shows de ilusionismo de Las Vegas o del abracadabra rodeado de lentejuelas. Es un magia cercana. Se lo cuento porque ahora que Betto Snay acaba de hermanarse con Baltasar, uno de los Reyes Magos que desfilarán este jueves, 5 de enero, por las calles de Bilbao, conviene recordar la historia de este hombre. En su Angola natal comenzó a zambullirse en los ritmos del rap hasta que su madre decidió marcharse de un país inmerso en una cruenta guerra civil. A su estela vino Betto, también en paso de huida, para intalalarse en San Francisco, donde lleva casi dos décadas portando la luz de las antorchas de la solidaridad. Recorre las calles de Bilbao La Vieja ayudando a los sintecho. Les entrega mantas, ropa o bebida caliente en el frío de la noche. Esa es su magia. Ha creado el proyecto cama de cartón y no hay en el mundo un ilusionista al que aplaudan más cuando se saca de la manga el conejo de la esperanza. Por eso, quizás, le haya llamado Baltasar: por la felicidad y el alivio que reparte.
Hoy sus proyectos giran en torno a la reivindicación de la diversidad, la tolerancia y contar la realidad de sus vecinos. Él es rapero y diseñador de moda –Afrook Life Style, con la que quiere visibilizar y normalizar la diversidad y el diseño de las camisetas Cama de Cartón para conseguir fondos destinados, íntegramente, a ayudar a las personas que viven en la calle son algunas de sus visibles señas de identidad...– pero sobre todo es buena gente.
“Solo se pide una oportunidad para que su vida se vuelva a encajar” rapea Betto Snay en su canción Cama de Cartón, todo un himno para la gente que sobrevive de espaldas a un futuro halagüeño. Betto Baltasar no solo pide: también da. Se entrega como nadie a la gente de su barrio, estigmatizada en algunos casos y violenta en otros. Él les ha visto sufrir y sabe porqué. Hoy trabaja para que ellos sobrevivan.