LA actuación del canario, que quiso cortar de entrada cualquier brote de dureza sin mucho éxito, puede considerarse de estilo europeo. Aunque dejó hacer más de lo necesario al Granada. Iñaki Williams y Aritz Aduriz no merecieron ver la tarjeta amarilla. Es verdad que el ambiente que se vivió anoche en San Mamés fue apasionado. En el minuto 42, en la jugada que acabó con el único gol del encuentro, Williams se lleva el balón con el hombro y no con la mano, por lo que el gol fue legal. En el minuto 48, Hernández Hernández acierta al anular el tanto en fuera de juego de Yeray. Lo mismo que once minutos después, porque aunque Capa supera a Rui Silva, Williams levanta el pie en posición adelantada y despista al portero nazarí.