Los pórticos en los templos del medievo se construyeron para proteger de tormentas y aguaceros, y que pudiera dormir en ellos quien lo necesitase.En los tres templos del casco viejo bilbaino: iglesia de San Nicolas, catedral de Santiago e Iiglesia de San Antón se instalaron hace tiempo rejas en los pórticos para que nadie pudiese acceder a ellos. Impresionantes enrejados que cumplen a la perfección su función de evitar que vagabundos acampen en estos lugares, donde no son bienvenidos. Los turistas en cambio son recibidos con los brazos abiertos, y pagando una entrada pueden visitar los templos con audioguía incluida.¿Qué pensaría nuestro señor Jesucristo si viese esto? Probablemente arrancaría esos enrejados y compartiría los pórticos con los que los necesitan. Y ¿qué pensaran los dirigentes religiosos que pusieron esas rejas, de los necesitados a los que han dejado desamparados?, probablemente nada porque perdieron la conciencia hace tiempo, entregándose al mercantilismo, que es la auténtica religión actual.