Menuda la que nos ha montado la pandemia covid-19. Personalmente, una de las cosas que más me enreda, parece ser el dilema que plantea. Es algo así como que obliga a elegir, a la clase dirigente y a corto plazo, entre salud y economía. El hecho evidente es que todos queremos salvar vidas. El problema está en la capacidad que tiene el coronavirus de matarnos bien sea por enfermedad o de hambre en una segunda fase. Sin duda, esto da mucho juego a discusiones bizantinas, a todos los niveles. Algo especialmente peligroso, sobre todo cuando tiene lugar entre la clase política. Menudo terreno de cultivo para especialistas en meter palos en las ruedas, intentando beneficiarse del cuanto peor mejor. ¿Jugamos a salvar vidas o a tumbar un Gobierno? Por favor, juguemos a sumar, como lo están haciendo la ciudadanía, la sanidad a todos los niveles, lo laboratorios, etc. en estos primeros meses, permitiéndonos empezar a ver como que la plaga no es incontrolable. En los próximos, tendrán que ser los grandes cerebros de la economía y las élites económico-financieras, junto a la clase política, quienes se pongan de acuerdo en cómo relanzar la actividad en todos los campos, para echar un capote a tantas familias castigadas por las altas tasas de desempleo, entre otras cosas. ¡Qué bien se vive, cuando se vive bien! Pero€ en algún momento tendremos que dejar de poner alfombra roja a la invasión de plagas en este mundo globalizado. Los riesgos de la deslocalización industrial a gran distancia. El ir y venir de automóviles y aviones, de un lado para otro, enturbiando el medio ambiente demasiadas veces sin ton ni son... En fin, ánimo y a poner nuestro granito de arena para favorecer la evolución hacia un mundo más amable, ahorrador, sostenible y solidario, compuesto por sociedades autónomas siempre dispuestas a cooperar. NOTA DE REDACCIÓN. Las cartas no deben superar los 500 caracteres y deben estar identificadas.