Como los últimos 35 años nos dispusimos a disfrutar de las Fiestas de Bilbao, con las expectativas bajas por la ausencia de novedades destacables. Las txosnas de El Arenal totalmente politizadas como siempre: Pensé, que la ausencia de cristo desmembrado este año se supliría con algún representante de otra religión decapitado, pero veo que no hay valor ni ingenio para ello. Las barracas y fuegos artificiales sin novedad. El espectáculo taurino sin cambios y la zona de Ledesma y Jardines con su habitual pijerío. Visitamos Ripa, donde están ahora las txosnas que durante años estuvieron en plaza Circular, gran cambio, porque ya no te preocupas pensando que te va a atropellar un Bilbobus. En la txosna BilboGay&Less nos atendieron a la primera con una sonrisa: cerveza fría y bocadillo sabroso. Ambiente muy agradable con la gente bailando; sí, sí, bailando y sonriendo continuamente. Algo se comenzó a soltar dentro de mí. Dos cervezas y dos mojitos más tarde, nosotros bailábamos y reíamos como todo el mundo y comprendí el porqué. No había mensajes intentado convencerme de nada, solo una invitación a la alegría y diversión. Muchas gracias por una gran noche, volveremos en 2020.