Una pareja de águilas en libertad ha adoptado a un polluelo nacido en cautividad en Euskadi. La noticia, bonita ya de por sí, no termina aquí. Se añade que las adoptantes son una pareja de águilas hembras que, nacido el polluelo, lo están criando como propio. Da igual el color de la piel, el género, la edad o la procedencia. Lo importante es querer para hacer. Mientras la clase política sigue sin resolver el terrible drama de cientos de migrantes en Canarias, y hablan de ellos como si no fueran seres humanos, la naturaleza recuerda que el amor no tiene condicionantes. Ni que seas hombre, mujer, x o águila.
- Multimedia
- Servicios
- Participación