L de mañana miércoles es el partido de todos. La vuelta de la semifinal la jugamos cada uno a nuestra manera. Después de dos años en los que la pandemia nos ha tenido recluidos en casa, ahogados económicamente en muchos casos, tristes por los familiares fallecidos y por la situación, enfadados con el mundo por tener que soportar estos momentos y además vivir dos finales del Athletic, ha llegado la hora de disfrutar otra vez todos juntos de la pasión por nuestros colores y todo pasa por llegar a la final y vencer al Valencia.

El partido en sí mismo es una final. Dos equipos que arrancan con cero-cero pese al marcador de la ida y que en el transcurso de esa misma noche o quizá entrando en la madrugada del día siguiente conocerán si el día 23 de abril estarán en La Cartuja con las gradas llenas. La única ventaja para los valencianistas, jugar en su casa, con su gente. No es poco, ya lo quisiéramos para nosotros, pero tal y como estamos viendo en las últimas eliminatorias lo del factor cancha dejó de ser tan determinante hace tiempo.

El Athletic llega bien, ha hecho los deberes. Después del atropello por los horarios, los de Marcelino han tenido que tirar de calculadora, en Barcelona hubo minutos para casi todos y las piernas en principio deberían llegar frescas a la batalla de mañana. Jugar contra Bordalás es un dolor de muelas y eso es lo primero que ha trabajado el equipo. Los rojiblancos no pueden caer en la provocación permanente y en el antifútbol del técnico alicantino. Cada uno a lo suyo y el fútbol dictaminará quién debe pasar a la final.

Estábamos pendientes de la designación arbitral porque es capital para este partido. Gil Manzano dirigirá el choque y no me parece para nada mal árbitro. Solo le pido carácter, lo tiene. El extremeño es un buen árbitro que la temporada pasada no estuvo fino pero parece que está remontando en esta. En Valencia no ha sentado muy bien la designación y la verdad es que no entiendo el porqué. Lo mejor para todos sería que tanto unos como otros no hablemos de él tras el partido.

Futbolísticamente veo al Athletic mejor que el Valencia en dos facetas, como equipo y con el balón. Los de Marcelino han jugado mejor que el Valencia casi toda la campaña pese a que los che tiene futbolistas de mucho nivel técnico. La negación de su técnico a disfrutar con la pelota obliga a los locales a despreciar esa parte del juego y se enreda en otra parte del mismo que es poco vistosa, aunque a veces es muy efectiva. Vamos, que allá ellos con lo suyo aunque no me guste. Lo que el Athletic debe hacer es cumplir su parte.

Los leones deben salir desde el primer minuto convencidos de sus posibilidades y sabedores de que todo lo bien hecho hasta la fecha es garantía de sobra para ganar este partido. El ritmo será importantísimo y ahí el árbitro va a ser fundamental. Abróchense los cinturones que en unas horas vamos a vivir emociones tremendamente fuertes. Cero dudas con esta plantilla y este cuerpo técnico, Sevilla espera pero antes hay que ganar en tierra de fallas. Aupa Athletic!